Nota de ELA ante las declaraciones de Javier Maroto

22/07/2014
Desde ELA queremos denunciar las recientes declaraciones hechas por parte del alcalde de Gasteiz, Javier Maroto. Creemos que utilizar la criminalización de determinados colectivos y comunidades humanos/as y levantar muros entre un nosotras/os y un vosotros/as por un puñado de votos no es lícito. Discriminar a una parte de la población en función de su origen nacional a la hora de acceder al sistema de protección social es discriminación institucional.

Desde ELA lamentamos profundamente las recientes declaraciones del alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, en las que asegura con total tranquilidad que “el fraude de algunas nacionalidades con las ayudas sociales es escandaloso". Cuando habla de algunas nacionalidades se refiere a la población argelina y magrebí residente en la capital gasteiztarra.

Éstas, a nuestro modo de entender, desafortunadas palabras han generado revuelo y rechazo por parte de casi todas las siglas de los partidos políticos del arco parlamentario vasco (a excepción del Partido Popular) . No han sido pocas las muestras de rechazo y de denuncia ante tamañas aseveraciones, y a ellas nos unimos desde ELA.

Nos unimos sí, pero desde nuestra posición y condición de sindicato de contrapoder que busca otro modelo de sociedad tanto en los centros de trabajo como fuera de ellos.

Y en ese modelo de sociedad por el cual luchamos, no caben este tipo de supuestas verdades y de aseveraciones racistas y xenófobas con objeto de manipulación.

Utilizar la criminalización de determinados colectivos y comunidades humanos/as y levantar muros entre un nosotras/os y un vosotros/as por un puñado de votos no es lícito. Discriminar a una parte de la población en función de su origen nacional a la hora de acceder al sistema de protección social es discriminación institucional.

Por todo ello, creemos que a pesar de que a día de hoy a ciertos representantes políticos les salga gratis e incluso rentable otorgarse el derecho estigmatizar impunemente a personas y a colectivos, ello tiene consecuencias irreparables en nuestra convivencia y en esa maltrecha democracia a la que estos mismos representantes institucionales dicen defender.

Porque hoy son las personas magrebíes y argelinas, ¿Mañana a quién les tocará?