Una vez más, la lucha ha empezado (Opinión)
Emérita Cuéllar.
Quienes hoy día pertenecemos al renglón laboral estamos muy preocupados presenciado la reconversión hacia una Europa amurallada y antidemocrática, a espaldas de los/as ciudadanos/as y en favor de los grandes grupos económicos.
Las personas inmigrantes que conviven en ésta nueva Europa, son también clase trabajadora como el resto de currelas. A pesar de ello, se les esta delineando un marco que recorta sus derechos y divide la sociedad en ciudadanos/as de primera, de segunda y hasta tercera categoría.
Una prueba más de ello, es que el pasado 18 de junio se aprobó en el Parlamento Europeo, por mayoría, el retorno de los nacionales de terceros países más se conoce en el mundo de las organizaciones sociales “Directiva de la vergüenza”. Un informe presentado ante el Parlamento por el Eurodiputado Manfred Weber, quien dejo en evidencia la presión del gobierno español para endurecer la nueva norma.
Era evidente su aprobación, como en la obra de García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”. Sin embargo, se guardaba la esperanza de que al final los partidos socialistas impidieran uno más de los pasos que se vienen dando en la transformación de la antes Europa justa y democrática, hacia un imperio capitalista y deshumanizado.
No se aprobó ninguna de las enmiendas presentadas, sencillamente como se dijo antes, porque en esta época lo que priman son los dineros. De haberse aprobado alguna de ellas, el procedimiento volvería a su inicio, lo que significarían: dos o tres años más de espera y por tanto, se bloquearía el reparto de los 676 millones de euros destinados al Fondo Europeo de Retorno, para el periodo 2008-2013.
La cuestión es muy grave, porque ahora las personas de América Latina, África y Asía, que vienen a Europa en busca de mejorar su calidad de vida, o escapando de escenarios de conflictos sociopolíticos, son automáticamente delincuentes.
• Se les recluirá arbitrariamente, por no tener papeles, en centros de internamiento hasta su expulsión, durante periodos hasta un máximo de 18 meses.
• No se garantiza la protección de los menores extranjeros no acompañados, ni de las mujeres embarazadas, las personas mayores o las enfermas.
• Tras la expulsión, no podrán regresar al territorio europeo durante cinco años.
Pero según parece la agresión no acaba aquí. Hemos visto durante los últimos días a través de los medios de comunicación, como el gobierno del PSOE anuncia con desfachatez sus medidas para apretar más la tuerca a las personas inmigrantes.Como si no estuviera lo suficiente dura, racista, xenófoba y discriminatoria -.
En la misma línea con el enfoque europeo, también ha decidido endurecer la política de inmigración.
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El primer paso es un decreto de retorno que se pretende aplicar a partir de julio, con los países que se tiene convenios de Seguridad Social. Marruecos, Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Ucrania, República Dominicana, Filipinas,..
La oferta del gobierno a las personas inmigrantes que acepten volver a sus países por estar en el paro, es que puedan cobrar el subsidio de desempleo acumulado en dos pagos, uno del 40% y otro del 60% del total. Asimismo que habrá acompañamiento para que monten sus empresas en el país de origen.
Pero como todo tiene un precio, para recibir estas cantidades las personas inmigrantes deben renunciar a sus permisos de residencia y de trabajo, además comprometerse a no regresar al estado como mínimo en los tres años siguientes. Después de este periodo se dice que pueden solicitar su vuelta, so-li-ci-tar, porque precisan que la administración se reserva el derecho de admitir o rechazar la petición.
Queda claro, se quiere mano de obra pura y dura. Porque no se ha tenido en cuenta que son personas. La oferta es para quienes finalmente han logrado avanzar en la inserción sociolaboral, que han sopesado el trauma de desarraigo, y ahora como si nada, se les invita a retornar y renunciar a un permiso de residencia y trabajo que ha costado años y toda clase de luchas.
Encima agregan que “se trata de una oportunidad de desarrollo y de generación de riqueza”.
El endurecimiento tiene otra línea, la reagrupación familiar. Definitivamente sólo hay sitio para quien pueda producir, sólo trabajadores, no madres, no abuelos. ¡Ah! y los hijos menores entre 16 y 18 años que deseen trabajar, bienvenidos, ahora podrán trabajar. No importa que sean menores ó que se les niegue la oportunidad de escolarizarse. Lo que concierne es producción, y hasta el otoño, cuando llegue el frío económico tendrán que regresar.
Estas son propuestas de una política exclusivamente desde la óptica de la economía y la seguridad, porque además esto conlleva a la criminalización y a la vulneración de los Derechos Humanos.
ELA insiste en la necesidad de denunciar y no callar. Una vez más, debemos decir que la lucha ha empezado, debemos articular energías contra el neoliberalismo y la globalización, contra la precariedad y la exclusión, por los derechos para todas las personas y por el reparto de la riqueza en equidad.