Lakuntza: "No es posible entender el neofascismo sin atender al origen de un capitalismo cada vez más descontrolado"

22/05/2019
Una delegación de ELA, encabezada por su secretario general, Mitxel Lakuntza, participa en el 14º Congreso de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) que se celebra del 21 al 24 de mayo en Viena y al que acuden representantes de las 90 organizaciones y 10 federaciones afiliadas a la CES. En la capital austriaca se aprobará el Programa de Acción de los sindicatos europeos para los próximos cuatro años y el Manifiesto de Viena que recoge las principales claves de la actividad sindical europea para el próximo período.

El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, ha intervenido en el debate sobre la construcción europea, la democracia y la amenaza de la ultraderecha. Lakuntza ha compartido la preocupación por la creciente amenaza de la ultraderecha y la de un ideario que tiene, al menos, dos características: el odio al diferente y su anticolectivismo.

Lakuntza ha destacado que la ultraderecha no quiere organizaciones que defiendan colectivamente los derechos sociales y humanos, porque el “sindicato promueve la solidaridad independientemente de la nacionalidad, el origen o el género”. En ese sentido, ha reivindicado el papel del sindicalismo por su naturaleza antifascista y lo ha reivindicado como el mejor antídoto contra la ultraderecha.

Por otro lado, ha remarcado que la animadversión contra las respuestas colectivas también existe en la actual política institucional y en partidos de derecha a los que les molesta los derechos sociales y laborales, entre ellos el derecho a la huelga.

En su intervención, Mitxel Lakuntza ha subrayado que hay que prestar atención a la amenaza que supone el avance del neofascismo, pero ha advertido que no es posible entender ese fenómeno sin atender al origen de un capitalismo cada vez más descontrolado, que ha abierto la puerta a esa amenaza mediante la extensión de políticas de precariedad, desigualdad, pobreza y miedo.

Ante esa realidad, el secretario general de ELA ha reivindicado un cambio radical de las políticas públicas y la necesidad de que la izquierda política sea claramente distinguida por enfrentarse al poder económico reivindicando políticas de reparto de la riqueza, empleo y vivienda.

Por último, ha recordado que la izquierda política y el sindicalismo no pueden alejarse de los problemas reales de la gente, y ha recordado que nacimos para defender a los últimos y no para contentar a los primeros. Por ello, ha hecho un llamamiento al conjunto de los sindicatos europeos para reconectar con los problemas de la clase trabajadora y ocupar, también fuera de los centros de trabajo, los barrios y las calles.

En ese sentido, ha concluido poniendo en valor las alianzas sindicales y sociales, desde el movimiento feminista, al de ayuda a los refugiados y los derechos humanos o el de los pensionistas, todo ello para trabajar por una Europa más social, más ecologista, más feminista y más democrática.