Nueva ronda de negociaciones UE-Mercosur

12/07/2018
Esta semana está teniendo lugar en Bruselas una nueva ronda de negociaciones entre la UE y el Mercosur para sellar el acuerdo comercial que se persigue desde hace casi dos décadas. Hay prisa para cerrar el acuerdo antes de las vacaciones de verano y antes de las próximas elecciones brasileñas de octubre. Estamos ante uno más del conjunto de acuerdos comerciales que se están negociando al dictado de las grandes transnacionales y en contra de los intereses de la mayoría.

Este tratado de libre comercio que se negocia entre la Unión Europea (UE) y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, sin participación de Venezuela, al haber sido suspendida del Mercosur) busca aumentar los intercambios comerciales entre ambas regiones.

A pesar de que este Acuerdo de Asociación, que está siendo negociado de forma secreta y sin consultar a la sociedad civil, los parlamentos y las organizaciones populares de los sectores que se verían afectados, se presenta como un acuerdo beneficioso, lo cierto es que entraña importantes peligros para el medio ambiente, la salud pública, los derechos sociales y las normas laborales y hay motivos de peso por los que no debería firmarse.

Ante todo hay que tener presente que este acuerdo busca beneficiar a las grandes empresas del norte y las élites agroexportadoras del Mercosur y afecta seriamente la soberanía y el margen de maniobra de los gobiernos en materia de políticas públicas para el bienestar general.

En lo que respecta al medio ambiente, las élites del Mercosur buscan con este acuerdo fortalecer la exportación basada en la ganadería industrial y la soja lo que profundizará los problemas que el agronegocio ya está produciendo en la región: deforestación, expulsión de campesinado, contaminación por agrotóxicos, destrucción de las economías regionales, pérdida de soberanía alimentaria y creciente vulnerabilidad alimentaria.

La pérdida de soberanía alimentaria se verá agravada por la prohibición de intercambio y libre circulación de semillas, ya que en materia de Propiedad Intelectual se está negociando su regulación.

Además, otros contenidos del capítulo de Propiedad Intelectual promueven la prolongación del período de vigencia de las patentes europeas sobre los fármacos lo que puede significar restricciones a la producción de medicamentos genéricos, con el consiguiente impacto en la salud de la ciudadanía del Mercosur.

El acuerdo tendría un grave impacto también sobre el empleo en ambas regiones. En Europa el sector agrícola y ganadero se vería perjudicado, ya que las pequeñas explotaciones peligrarían ante la competencia monopolística de las grandes empresas del agro-business. En el Mercosur sería el empleo en el sector industrial el principal perjudicado.

La incorporación de un capítulo sobre comercio electrónico introduce otro frente de asimetrías en la relación birregional. La obligación de mantener reglamentaciones nacionales lo más laxas posible en este ámbito para la operación de las transnacionales, es un elemento estratégico que busca congelar las condiciones de preeminencia de las grandes empresas del Norte y profundizar su capacidad de concentrar riqueza.

En resumen, es de esperar que este acuerdo ahonde las asimetrías y el desequilibrio en las relaciones comerciales y económicas del Mercosur con la UE. Una vez más el objetivo de este acuerdo es la desregulación del mercado y la eliminación de normas de protección social, protección ambiental y protección laboral. ¡Es hora de poner fin a los acuerdos de libre comercio