Adheriéndose al manifiesto Ahora Responsabilidad ELA exige que el dinero destinado al TAV se invierta en verdaderas necesidades

Tras duras semanas de sufrimiento, donde miles de nuestros familiares han muerto en absoluta soledad, donde nuestro personal hospitalario se ha dejado la piel en condiciones laborales pésimas, donde el personal de las residencias de mayores ha hecho lo imposible para poder cuidarlas, donde no ha habido respiradores para todas las personas enfermas, donde han faltado millones de test y equipos de protección…; queremos resaltar el ejemplar comportamiento de la sociedad ante tan difíciles circunstancias, con innumerables iniciativas de solidaridad y apoyo mutuo.
Resulta imprescindible cambiar y dejar atrás políticas económicas ancladas en el pasado y basadas en el ladrillo y el hormigón. La sociedad está actuando con gran responsabilidad durante esta grave crisis y es quien nos marca el rumbo a seguir. Por eso, ante el futuro incierto que nos espera, pedimos a las instituciones que estén a la altura de las circunstancias y no cometan los errores del pasado.
Por todo ello, las personas, asociaciones, sindicatos y demás organismos que suscribimos este manifiesto, solicitamos a las instituciones y administraciones públicas la paralización de los proyectos de TAV.
El estado español se coloca a la cabeza mundial en kms de tren de alta velocidad por millón de habitantes, pero se sitúa en el último lugar en cuanto a su utilización. La Y vasca y las obras entre Iruñea y Castejón suponen ya casi 5.000 millones de euros gastados. Además, existen proyectos. En total, el coste de la construcción de todo lo presupuestado rondaría los 15.000 millones de euros. El edificio destinado al Laboratorio Unificado del Complejo Hospitalario de Navarra equivale al coste de 656 metros de TAV y con lo que cuesta la línea de TAV entre Gasteiz e Iruñea, se podrían construir 32 hospitales como el de Eibar, que se inauguró hace año y medio.
Las millonarias inversiones de los gobiernos en grandes infraestructuras como el TAV, se han producido al mismo tiempo en el que se llevaban a cabo fuertes recortes en cuestiones vitales como la sanidad y los servicios sociales y eso nos ha llevado a observar día tras día hospitales saturados, personal sanitario doblando turnos, residencias de mayores convertidas en mataderos y abandonadas a su suerte...
Ahora más que nunca, es indispensable recalcar la importancia de los trabajos que son necesarios para sostener la vida y el cuidado mutuo de las personas, los cuales son mayoritariamente ejercidos por mujeres. En nuestro caso, el 75% de las personas que trabajan en salud o servicios sociales son mujeres.
En una situación como la actual, las obras del TAV siguen su curso en lugar de garantizar servicios públicos para una vida digna para todas las personas. Por tanto, solicitamos la paralización inmediata de las obras de TAV y la desestimación de los nuevos proyectos. Proponemos la mejora y mantenimiento de los trazados actuales para lograr un tren social que una pueblos, ciudades y zonas industriales; que transporte tanto personas como mercancías, vertebrando el territorio sin dejar zonas aisladas, y que sea económicamente asequible para cualquier persona.
En consecuencia, pedimos que toda la inversión económica para el TAV sea destinada a cuestiones de urgencia y prioritarias como son un sistema de salud público con personal y recursos suficientes, la atención a personas mayores y dependientes, pensiones justas, personas sin ingresos, nuevos modelos económicos capaces de dar la vuelta a la crisis ecológica en la que nos encontramos (cambio climático, perdida de la biodiversidad, contaminación…), para la educación pública, productoras locales, investigación, soberanía alimentaria, para unos servicios sociales de calidad, valorización de los cuidados, para sectores gravemente dañados por la crisis del Covid-19 como el pequeño comercio, la hostelería o el mundo de la cultura, etc.
Leer el manifiesto íntegro aquí.