TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Ante el apagón de las multinacionales del sector energético, es posible construir alternativas

Red Eléctrica, cuyo accionista mayoritario es el Estado, culpa a las grandes multinacionales del sector energético de lo ocurrido, y viceversa.
Si escuchamos a los expertos, muchos están de acuerdo en que las energías renovables no tienen la misma estabilidad que las fósiles, y que ésta podría ser una de las razones del apagón, pero no la única; fue una cadena de errores. No obstante, también han advertido de que las renovables pueden ser estables si se diseñan correctamente. Las empresas que buscan obtener el máximo beneficio no invierten en un sistema estable de renovables e investigadores han pedido que se les obligue legalmente a hacerlo.
Por supuesto, también ha venido la extrema derecha echando la culpa a las energías renovables y reivindicando la necesidad de la energía nuclear.
Por encima de toda estas hipótesis y de todo este discurso interesado, hay una verdad muy clara. El sector energético es absolutamente opaco y, tal y como hemos reivindicado en varias ocasiones, el sector energético debe reorganizarse en toda su dimensión: la publificación del sector y la generación de energía renovable que responda a las necesidades de la gente deben ser las bases del sistema.
Tras el apagón, varios movimientos sociales reivindican la existencia de alternativas. Por ejemplo, Izarkom y Goiener han acordado un manifiesto que se puede firmar aquí en el que reivindican las siguientes alternativas:
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Construir un sistema energético y de telecomunicaciones más resiliente, promoviendo modelos interconectados, pero también más descentralizados.
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Mientras las administraciones no garanticen la infraestructura y la distribución pública, debemos crear y proteger cooperativas y redes comunitarias.
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La colectivización de los recursos es la opción que tenemos hoy en día, posibilitando que el poder no quede en manos de unos pocos y que se promueva un uso responsable y sostenible. De esta manera, ampliamos la capacidad de decisión e intervención, creando modelos de organización más transparentes y democráticos.
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La participación y la fortaleza de la ciudadanía es necesaria para analizar con una mirada crítica los servicios que utilizamos en el día a día y transformar los hábitos de consumo. Desde uno mismo se construye una alternativa a nivel local. Cada uno tiene la posibilidad de crear la red vasca de energía y telecomunicaciones.
Exijimos a las instituciones medidas y políticas activas para superar la dependencia, que tengan como base la soberanía y la sostenibilidad. Es necesario avanzar hacia una transición ecosocial, construir alternativas sólidas y evitar el riesgo de un nuevo apagón.