De Zaldibar a Zubieta, dando vueltas con los residuos industriales

El problema de los residuos industriales es grave. La industria tiene un peso importante en nuestro entorno y las cantidades de residuos que se generan en ella son enormes. En el año 2020 se generaron 800.000 toneladas por el parón económico, pero en años anteriores se generaban 1.200.000 toneladas anuales. Sabemos que hasta ahora la gestión de estos residuos ha sido lamentable. Cuando el vertedero de Zaldibar se vino abajo vimos que cualquier residuo se recogía y enterraba allí sin tratamiento alguno, a pesar de que muchos de ellos eran peligrosos. Por aquellos días la patronal también salió diciendo que si Zaldibar se cerraba necesitaban otro vertedero para llevar los residuos. No tenían, ni tienen, intención de buscar otro tratamiento a los residuos industriales generados por ellos mismos. Cuando ha pasado un año de aquel desastre, y mientras a muchos se les llena la boca hablando de la necesidad de cambiar las cosas, no han hecho nada para cambiar el modelo de gestión de los residuos industriales.
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha confirmado el traslado de estos residuos a la incineradora de Zubieta. Dice que estos residuos se trasladarán a Zubieta para que se genere electricidad a través de la valorización energética. La "valorización energética" en la gestión de residuos es un eufemismo utilizado para blanquear la incineradora. Pero no nos engañemos, generen o no electricidad, estos residuos se quemarán. Se generarán cenizas tóxicas que deberán ser trasladadas a algún sitio, y se emitirán dioxinas y furanos por la chimenea que se irán acumulando en las tierras y en el cuerpo de las personas que viven alrededor. Existen otras vías de generación eléctrica sostenible y renovable. Esta opción es inaceptable. ¿No han aprendido nada con lo ocurrido en Zaldibar?
En cuanto a la gestión de los residuos industriales, quemar todo lo generado no es una alternativa. Para realizar una gestión adecuada debe el proceso industrial modificarse desde la base, analizando qué materiales se utilizan, cómo se transforman y cómo se pueden reutilizar los residuos, y haciendo cambios. Esto requiere inversión y voluntad. Está claro que la patronal no tiene ninguna intención de invertir tiempo y dinero en nada que no suponga beneficio económico. Pero las instituciones públicas deben mirar el beneficio de las personas y no el beneficio empresarial. En las últimas semanas se ha hecho público el destino de los Fondos Europeos, y casualidad, la mayoría se destinarán a multinacionales. Eso sí, todos tendremos que sufrir y pagar los daños que supondrá la aprobación de estos fondos. En la gestión de los residuos ocurre lo mismo, es un modelo pensado en beneficio de unos pocos, pero los daños los pagamos la sociedad, y muchas veces lamentablemente con nuestra salud y nuestra vida.