El cambio climático no es un problema, es el problema

11/06/2019
Habiendo pasado el 5 de junio, el Día Internacional del Medio Ambiente, no podemos hablar de nada que no sea el cambio climático. El cambio climático está detrás de otros muchos problemas: sequías, inundaciones, pérdida de biodiversidad, aumento del nivel del mar, lucha por los recursos naturales,...

 

Pero hay una consecuencia del cambio climático de la que se habla muy poco, son los refugiados climáticos. Tenemos algunos datos que dejan en evidencia la gravedad del problema y el futuro que nos espera:

  • El cambio climático es más importante para las migraciones que los factores económicos y políticos (OCDE).

  • En 2018 se registraron 17 millones de nuevos desplazamientos relacionados con desastres naturales y con los efectos del cambio climático (Global Report on Internal Displacement 2019).

  • El cambio climático amenaza con desplazar a miles de personas en el Estado español por convertir sus tierras en desierto (Estudio Básico de Adaptación, Junta de Andalucía).

  • El cambio climático expulsará de sus hogares a 140 millones de personas en el mundo en los próximos 30 años (Banco Mundial).

  • Se prevé que en 2050 habrá 250 millones de desplazados climáticos (ONU).

Por culpa del cambio climático millones de personas pierden su forma de vida. El cambio climático afecta sobremanera a la agricultura, reduciendo su productividad y su rendimiento, provocando hambre y desplazamientos de la población.

El calentamiento global también contribuye a las guerras. Provocó la sequía y el hundimiento de la agricultura en Siria, generando una gran inestabilidad que desembocó en conflicto y éste a su vez en millones de personas desplazadas. Un informe del pentágono publicado en el año 2003 ya auguró que esto podía pasar en Siria. El cambio climático supone un grave riesgo para la estabilidad social, económica y política del planeta.

Según el último estudio de la ONU sobre migración internacional, el 3,3% de la población mundial, unos 250 millones de personas, son migrantes. Además, el informe también muestra que la migración se está acelerando y proyecta unos 405 millones de migrantes internacionales para 2050.

Y si de las personas refugiadas climáticas se habla muy poco, de la justicia climática no se habla nada. La justicia climática es “una de las formas de la justicia ambiental que busca el trato justo de todas las personas y países, así como evitar las discriminaciones que pueden conllevar determinadas decisiones y proyectos que pretenden precisamente tratar el problema del cambio climático. Es un concepto especialmente relevante, ya que quienes están más afectados y afectadas por el cambio climático provocado por las actividades humanas son menos responsables de las emisiones de efecto invernadero que han causado el problema”.

Si hay alguien que todavía cree que el cambio climático no le afecta, cada vez tiene menos argumentos. Vivimos en la parte del mundo que más cambio climático provoca, pero a su vez somos la parte que menos lo sufre. Una injusticia escrita con mayúsculas. Por justicia climática debemos reconocer que somos responsables. Es necesario tomar medidas a nivel individual, pero los grandes generadores de cambio climático son la industria contaminante y los gobiernos que tienen en su mano cambiar el modelo de producción y de consumo y no toman medidas. Exijamos en cada sitio y cada vez que tengamos la oportunidad que se tomen medidas drásticas antes de que sea demasiado tarde.