El despliegue de grandes parques eólicos no es el modelo de transición energética que ELA defiende

13/05/2021
Ante los proyectos de grandes parques eólicos que se quieren desarrollar tanto en Navarra, como en la CAPV, ELA está de acuerdo con pedir una moratoria para estos proyectos. Es necesario redimensionarlos, para que den solución a las necesidades de la gente y no al hambre de beneficios de las grandes compañías energéticas.

El modelo actual de crecimiento, la sociedad del beneficio y consumo, depredador de recursos y generador de emisiones de gases de efecto invernadero están llevando a un punto de no retorno al planeta. Para evitar los efectos irremediables del cambio climático, se necesita una transición sin precedentes y de gran alcance

En este contexto, se está planteando una transición energética basada en un amplio despliegue de infraestructuras de fuentes de energías renovables. Estamos asistiendo a un desarrollo masivo y a gran escala de este tipo de proyectos a nivel global, y Navarra y la CAPV no escapan a esta tendencia.

Se están tramitando nuevos y numerosos polígonos eólicos en Lesaka, Urbasa-Andia, Esteribar, Olaibar, Ezkabarte, Valle de Egües, Valdorba, Ujué, Tafalla, Artajona, en La Ribera.. En la CAPV también: Iturrieta, Azazeta, Arkamo y Labraza.

Tal y como están diseñados estas grandes infraestructuras, difícilmente van a contribuir a frenar los problemas climáticos. La transición energética, para que sea efectiva ecológica y socialmente, no puede ignorar una serie de datos que se están ocultando deliberadamente en torno a las energías renovables:

  • Son intermitentes y no están concentradas, por lo que es necesario instalar muchas más infraestructuras para conseguir la producción energética necesaria.

  • En general, las renovables producen electricidad. Las renovables suponen en Navarra el 20% y en la CAPV tan sólo el 12% de la energía total consumida. El resto es de origen fósil. Ello implica una necesaria reestructuración de la economía que no está siendo planificada.

  • Siguen siendo dependientes de la extracción de materias primas, que es preciso importar, muchas de las cuales son escasas y requieren de mucha energía y mucho impacto ambiental para conseguirlas.

  • El desarrollo de estas infraestructuras supone una nueva presión sobre el territorio, al requerir grandes extensiones de terreno, que pueden ocasionar graves impactos sobre la agricultura, el paisaje, la biodiversidad, los ecosistemas, y muchos aspectos más.

 

Por eso creemos que una simple transición tecnológica no es capaz por sí sola de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las renovables no son suficientes para proveernos de la cantidad de energía que consumimos hoy en día. Es imprescindible un cambio de modelo productivo y de consumo. Es necesario hacer frente a ese derroche en el consumo de una manera planificada y democrática, o de lo contrario la cruda realidad se impondrá y reduciremos el consumo a la fuerza y sin planificación. Y esta no será una transición justa.

Por todo ello, creemos que la transición ecológica no puede quedarse en una mera sustitución de tecnologías fósiles por tecnologías renovables. Nuestra apuesta se basa en la generación distribuida y descentralizada, en pequeñas instalaciones renovables, próximas a los centros de consumo, reduciendo las pérdidas de transporte, así como una mejora de la eficiencia energética y la reducción del consumo energético.

En ELA creemos que es importante reflexionar sobre el modelo energético que necesitamos para un futuro más justo y sostenible, por eso apoyamos las moratorias que están pidiendo movimientos sociales y ecologistas.

Tenemos que pensar colectivamente y decidir si como sociedad queremos que prevalezcan los valores medioambientales y sociales frente a los intereses económicos; si vamos a cambiar nuestros hábitos y niveles de consumo y modo de vida; si queremos participar como ciudadanía en la generación de nuestra propia energía, fortaleciendo el poder municipal y comunal, o de lo contrario, vamos a permanecer como meros consumidores, a merced de un modelo centralizado y propiedad del oligopolio energético.