El hidrógeno, ¿será el petróleo del futuro? (II)

09/04/2021
En las últimas semanas estamos oyendo continuamente que el hidrógeno va a ser fundamental para la transición energética y las instituciones de Hego Euskal Herria también están lanzando esa idea. Pero, ¿qué supone realmente el hidrógeno? No será posible sustituir el petróleo por el hidrógeno y que todo siga como hasta ahora.

En teoría, el hidrógeno puede tener múltiples usos en el futuro. Uno de los sectores que se puede beneficiar del hidrógeno es la de la acería. Si se sustituyeran los combustibles fósiles por hidrógeno para la producción de acero, se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que suponen el 8% de las emisiones totales de la Unión Europea. La industria química también utiliza hidrógeno para procesos como la producción de fertilizantes, el refino de petróleo y el proceso de producción de disolventes. Actualmente el hidrógeno que utilizan no es renovable y las emisiones de GEI del sector suponen el 2% de la UE. Sin embargo, el hidrógeno no será adecuado para los procesos industriales que requieren mucho calor, así que no será una solución para las fábricas de vidrio o cemento que actualmente utilizan gas natural. Pero éstos podrían obtener las altas temperaturas necesarias para sus procesos utilizando electricidad renovable. El sector del transporte también podría utilizarlo. En los barcos se podrá utilizar en lugar del diésel. Puede ser una opción para los barcos con baterías, pero no para grandes cargueros. Sin embargo, en el sector de la aviación puede ser útil para largas distancias.

Dado que el almacenamiento de hidrógeno es más sencillo que el de las renovables, puede ofrecer ventajas. Por ejemplo, serviría para almacenar energía renovable generada en grandes momentos de viento y sol. Parece que también los sistemas de calefacción que actualmente funcionan con gas en los hogares podrán funcionar con hidrógeno. Pero todavía hay que desarrollar mucho la tecnología.

Pero aunque abundan los posibles usos del hidrógeno, no podemos olvidar cómo se produce. Para la producción de hidrógeno son necesarias una masa de agua y electricidad. Mediante un proceso llamado electrólisis se extrae hidrógeno de una masa de agua utilizando electricidad. En este proceso de electrólisis no se producen emisiones de GEI, por eso a menudo el hidrógeno se define como energía limpia. Pero si tenemos en cuenta todo el proceso de producción, si la electricidad que se utiliza en el proceso de la electrólisis no es renovable, habrá emisiones de GEI.

Si la electricidad que utilizamos en el proceso de producción deriva de energías fósiles o nucleares, el problema continuará. Hay que recordar que en la CAPV el 9% de la energía producida es renovable y en Navarra el 23%. En el estado español, la energía nuclear supone el 20% de la energía producida. Por lo tanto sólo una pequeña parte del hidrógeno que se puede producir en Hego Euskal Herria se obtendría de energía renovable. Es importante recordar que las intenciones de las grandes empresas que ya han invertido en el sector del hidrógeno están muy lejos de las energías renovables. La revolución del hidrógeno que nos están vendiendo no tiene nada que ver con las renovables.

Las grandes empresas de Hego Euskal Herria han realizado sus inversiones en hidrógeno contando con fondos europeos. Pero no está nada claro que este hidrógeno sea "verde" como ellos dicen. Petronor construirá una planta de pirolisis de residuos y fabricará hidrógeno con el gas resultante. Esto no será renovable por supuesto. Con Sener también tiene otro proyecto para construir electrolizadoras. Utilizarán combustibles sintéticos y éstos tendrán emisiones de GEI. Por lo tanto, esto también lejos de ser renovable. Es Petronor quien está impulsando el famoso corredor vasco del hidrógeno, pero los proyectos no están dirigidos a la sostenibilidad y a las renovables, aunque así nos lo quieran vender.

A todas estas dudas hay que añadir el precio que tendría el hidrógeno, ya que en cualquier proceso productivo se toman decisiones en función de la rentabilidad económica. Por un lado, el precio que tendrán los electrolizadores condicionará totalmente la difusión de esta tecnología. Y por otro, que la tecnología aún se encuentre en una fase de desarrollo tan temprana, no permite predecir cómo los factores de producción van a condicionar el precio del hidrógeno. Otra duda añadida a una cuestión que ya tiene pocas claridades. Pero parece que eso no importa mucho a la hora de proponer inversiones, porque les va a llegar mucho dinero público, como siempre, tanto de fondos europeos como de instituciones públicas. Por lo tanto, el negocio lo harán igual.