ELA ha participado en las jornadas sobre el derecho a la energía celebradas en Bruselas

El cambio climático es la mayor catástrofe que hemos conocido, pero la mayoría de las víctimas se encuentran en el sur global. Si no hay una acción drástica frente al cambio climático en los próximos años, el calentamiento global alcanzará los 5 grados.
Para dar la vuelta a esta situación el consumo de energía debe reducirse en un 40%, pero al mismo tiempo garantizar un acceso justo a la misma. También será necesario reducir el uso de materiales (aluminio, cobre, ...).
La pregunta es: ¿Cómo debe ser la transición energética?
En un contexto de distribución injusta de la riqueza y un sistema injusto, la transición energética debe ser justa. El norte global es responsable de las emisiones, mientras que otros tienen 5 dólares al día para vivir, las personas se mueren de hambre, no tienen acceso a la energía ...
En los debates que se han llevado a cabo en estas jornadas han quedado claro dos criterios a seguir: por un lado, la transición energética y el sector energético deben estar en manos de las autoridades públicas. Si no es así, la energía continuará siendo tratada como una mercancía, y como resultado, no se garantizará el derecho a la energía ya que el objetivo principal será el beneficio empresarial; por otro lado, las alternativas a la transición energética, tanto cooperativas de energía renovable o los proyectos renovables basados en la comunidad, deben estar participadas por todos los grupos de la sociedad, especialmente los más vulnerables, para que la transición energética se haga con justicia social.
Los sindicatos también tenemos qué hacer en este camino, debemos garantizar la descarbonización de la economía y la justicia social en este proceso de transición.