ELA ha propuesto mejoras al Plan de Prevención y Gestión de Residuos 2030 de la CAPV

26/07/2021
El avance de estos últimos con el Plan para 2020 ha sido relativamente escaso, por lo que los objetivos para 2030 deberán ser mucho más exigentes. Los objetivos que ELA exige son más ambiciosos que los que establece el plan, pero factibles en un país que quiere impulsar la economía circular.

Antes de valorar el Plan de Prevención y Gestión de Residuos para el año 2030, es necesario valorar los resultados del anterior Plan de Residuos y lamentablemente los objetivos incumplidos han sido varios. La generación de residuos debía reducirse en un 10%, pero la reducción se ha quedado en un 4%. La recogida selectiva debía llegar al 75% y ha quedado en el 63%. La tasa de reciclaje, reutilización y valorización material ha pasado del 53% al 63% entre 2010 y 2020, pero el propio plan reconoce que el objetivo era bastante escaso (60%) y se ha cumplido. Por lo tanto, se puede afirmar que el avance de estos últimos años ha sido relativamente escaso, y que los objetivos para 2030 deberán ser mucho más exigentes:

  • Respecto a los objetivos estratégicos marcados para 2030, se ha modificado el indicador de prevención o de reducción de la generación de residuos, utilizando ahora la cantidad de residuos generados por unidad de PIB. No nos parece un indicador adecuado, ya que los residuos no se generan únicamente asociados a la actividad económica. Se considera que con este indicador se puede reducir la eficiencia a la hora de realizar diagnósticos y proponer medidas.

  • En cuanto a la recogida selectiva, el objetivo para 2030 es llegar al 85%. Este objetivo debe ser más ambicioso, ya que en la CAPV ya existen municipios que han cumplido este objetivo, por lo que al tratarse de un dato que simplemente se puede mejorar sustancialmente con el cambio del sistema de recogida selectiva, habría que aproximar más el objetivo a la recogida selectiva de todos los residuos, ampliandolo hasta el 95%.

  • En el apartado de la valorización, valoramos positivamente la clara diferenciación entre valorización material y energética, fijando a cada uno su objetivo. A esto hay que añadir priorizar la valorización material a la energética en la jerarqui del tratamiento de residuos. En cuanto a los objetivos, consideramos adecuado que la valorización material sea del 85%. Por otro lado, la limitación de la valorización energética en un 15% también es indispensable para fomentar el reciclaje. Pero exigimos que no se valorice energéticamente nada susceptible de ser valorizado materialmente, y que a medio plazo, en el año 2025, se revisen estos objetivos y se incremente el nivel de exigencia de los objetivos si se observa que están en vías de cumplimiento antes de llegar a 2030: aumentar al 90% la valorización material y reducir al 10% el límite de valorización energética.

  • Por último, aunque el objetivo de llevar los residuos a vertedero ha sido del 15%, solicitamos que este objetivo se reduzca al 10%. Cumpliendo los objetivos de los apartados anteriores será posible alcanzar el 10%. Y por supuesto, tal y como exigen las Directivas Europeas, el cumplimiento estricto de la legislación para evitar que nada reciclable vaya a parar a los vertederos y que se haga un trabajo de control exhaustivo, que no se ha realizado en los últimos años y que ha quedado claro después de lo ocurrido en el vertedero de Zaldibar.

Los objetivos que ELA exige son más ambiciosos que los que establece el plan, pero factibles en un país que quiere impulsar la economía circular.