En la COP26 no se han tomado medidas para combatir el cambio climático porque chocan frontalmente con el capitalismo

19/11/2021
Ahora que la COP26 ha finalizado sin un acuerdo vinculante efectivo, ELA propone las medidas necesarias para hacer frente al cambio climático y a esta situación de emergencia. Son medidas que no se toma en las negociaciones internacionales, porque chocan frontalmente con el capitalismo, pero que deben llevarse a cabo si vamos a poner la vida en el centro.

Sabemos que el cambio climático se debe a los gases de efecto invernadero, cuyas mayores emisiones se deben a la generación de energía, el transporte y la industria. Por lo tanto, y por lógica, son las áreas donde se deben tomar medidas de forma inmediata:

  • La evidencia científica ya ha establecido las reducciones de emisión necesarias para que sean efectivas. Para 2030 hay que reducir las emisiones en un 50% y para 2050 en un 95%. Aceptar que las emisiones sean neutras tiene un gran riesgo, ya que se plantean muchas soluciones falsas para conseguir esa neutralidad (mercados de emisión, almacenamiento de CO2,...).

  • Prescindir de las energías fósiles y de las falsas soluciones como el hidrógeno, y desarrollar las energías renovables. Solo con las renovables no será posible mantener el modelo de producción y consumo que tenemos actualmente, por lo que también será necesario reducir el consumo energético en todos los ámbitos.

  • Para desarrollar las energías renovables no vale cualquier proyecto. Dejar la transición energética en manos del oligopolio energético sería dejarla en manos de quien nos ha llevado a esta situación. La transición se debe basar en proyectos más sencillos, para satisfacer las necesidades locales, con participación democrática de la ciudadanía y en el seno de un sistema público.

  • La electrificación del transporte será fundamental para el abandono de las energías fósiles, pero muchos expertos afirma que no podremos disponer del mismo numero de coches, ya que no hay suficientes materiales para producir semejante volumen. Por tanto, la alternativa debe basarse en la disminución de la movilidad y en la electrificación del transporte público colectivo y la ampliación de la red.

  • Para reducir la movilidad será imprescindible la relocalización de la economía, la creación de redes cercanas y los dar pasos atrás en la globalización.

  • Nuestro actual modelo industrial necesita una profunda transformación. La política industrial debe impulsar los sectores basados en la economía circular. La internacionalización como estrategia principal, dificulta la relocalización de la economía y la reducción de la movilidad. Por otra parte, para hacer frente a los problemas derivados de la sobregeneración de residuos industriales, es necesario poner limites legales al uso de diversos materiales (plásticos,...).

  • La industria contaminante debe ser sometida a estrictas medidas de reducción de emisiones. Falsas soluciones como los mercados de emisiones de carbono deben eliminarse. El principio de que “quien contamina paga” ya no sirve.

Para llevar a cabo de forma justa la transición que requiere esta situación de emergencia hay que tener en cuenta otros factores:

  • La clase trabajadora no debe pagar la factura de la transición. En un planeta que sea habitable, el empleo y el trabajo deben ser dignos.

  • Las mujeres que están poniendo las vidas en el centro y llevando a cabo luchas ecofeministas deben estar en los centro de decisión de las políticas contra el cambio climático. Si la transición va a ser justa, debe ser ecofeminista.

  • Los países que han provocado el cambio climático tienen una gran deuda con los países que más sufren el mismo. Los fondos para combatir el cambio climático, resarcir los daños de los desastres que ya sufren, y financiar el desarrollo que necesitan deben ser aportados por los países más ricos. Hay que aplicar el principio de justicia climática.

Estas medidas y principios son necesarios para hacer frente a la situación de emergencia en la que nos encontramos. Lo que tenemos delante no es cualquier enemigo, es el capitalismo. Pero el ver que cada vez en más lugares, día a día, están surgiendo luchas que ponen la vida y el planeta en el centro, nos demuestra que vamos en el camino correcto.