En tiempos de transición energética, no nos olvidemos de Fukushima

09/04/2021
Han pasado 10 años desde la catástrofe nuclear de Fukushima. En una época en la que la transición energética está en boca de todo el mundo, es importante recordar lo que supone la energía nuclear. La energía nuclear es una de las energías más peligrosas que existen, los desastres nucleares que ha habido nos han demostrado que la apuesta por la energía nuclear causa daños irreversibles.

Primero el terremoto y después el tsunami causaron importantes daños en los edificios e infraestructuras de la central nuclear de Daiichi, en la ciudad japonesa de Fukushima, el 11 de marzo de 2011. Más de 15.000 personas murieron, más de 6.000 resultaron heridas, unas 2500 siguen desaparecidas y 39.000 no pueden regresar a sus casas. Fue el accidente más grave ocurrido en una central nuclear desde la catástrofe de Chernobyl en 1986.

La catástrofe de Fukushima forzó decisiones sobre la energía nuclear. Algunos países abandonaron su apuesta por este tipo energía, mientras que otros lo mantienen. Alemania y Suiza fueron los primeros en abandonar sus proyectos nucleares, así como Japón. Tras ellos, Italia y Bélgica tomaron la misma dirección.

Otros países como Francia, Reino Unido, Polonia, Rusia, China, India y Estados Unidos siguen apostando por la energía nuclear, alegando que lo hacen para no depender de las energías fósiles. También lo están haciendo países latinoamericanos como Brasil, Argentina y México.

Desde que el desastre nuclear golpeó Fukushima, el proyecto "De Fukushima al mundo" ha compartido experiencias con gente de todo el mundo. Investigadores de universidades japonesas, organizaciones no gubernamentales y agentes sociales conforman esta red. Tanto entre los que han acudido al lugar como en el resto del mundo han informado de lo ocurrido durante la catástrofe, así como de la gravedad de los hechos y de los problemas posteriores. Publicaron así el informe "10 lecciones de Fukushima". Las 10 lecciones aprendidas:

  1. No se deje engañar por la propaganda de “la energía nuclear es segura”.

  2. Durante una emergencia, la premisa básica es escapar.

  3. El acceso a la información y el dejar registros es vital.

  4. Las personas afectadas por el desastre tienen el derecho a una valoración médica completa y acceso a la información.

  5. Para garantizar la seguridad de los alimentos y proteger la industria agrícola, forestal y pesquera, la ciudadanía deben participar en las mediciones. La divulgación de la información es también vital.

  6. La descontaminación total es imposible.

  7. Si no se ofrece a las personas trabajadoras un mejor sistema sanitario y mejores tratamientos de salud, no es posible controlar las consecuencias del accidente.

  8. Es imprescindible la reconstrucción del tejido social en las comunidades afectadas.

  9. El marco legal de derechos y protección debe diseñarse con la participación de las personas afectadas.

  10. La carga de los costos de compensación esta recayendo en los contribuyentes.

 

Para conocer mejor los efectos dañinos de la energía nuclear y acceder a otras informaciones, accede aquí al informe completo.