Ha sido un año duro en Zaldibar y sus alrededores, pero todavía nos queda un largo camino por recorrer

El vertedero de Zaldibar se vino abajo el 6 de febrero de 2020, pero la catástrofe comenzó antes de esa fecha. El vertedero, gestionado por la empresa Verter Recycling, fue objeto de numerosas irregularidades que el Gobierno Vasco conocía antes del desprendimiento. Pero no sancionó a la empresa, ni hacía las labores de control ambiental que eran su responsabilidad. Todo afloró cuando el vertedero se vino abajo, pero la empresa llevaba años haciendo lo que quería para sacar el máximo rendimiento económico: daños medioambientales, almacenaba amianto sin cumplir las medidas de seguridad obligatorias, recibía residuos industriales peligrosos sin ningún control, poniendo en riesgo la seguridad de las personas que trabajaban en el vertedero y la salud de los que viven en la zona, y habrá otras muchas cuestiones inaceptables que todavía no conocemos.
¿Y el Gobierno Vasco qué estaba mirando? ¿El Departamento de Medio Ambiente no tiene responsabilidad? Claro que sí. El departamento de Medio Ambiente tenía ejercer el control de todo lo que pasaba en este vertedero, y no vale imputar toda la responsabilidad a la empresa, la administración también tiene responsabilidades en este tema. No lo dice solo ELA, en abril de 2020 la Comisión Europea subrayó que la administración local, en este caso el Gobierno Vasco, era responsable del control de esta actividad peligrosa y que había actuado con dejadez.
Pero esta dejadez continuó cuando el vertedero se vino abajo. La tarde del 6 de febrero comenzaron las labores de búsqueda, y pusieron en riesgo la seguridad de las personas que trabajaron allí exponiendoles al amianto sin ningún tipo de protección, y estuvieron horas trabajando así. Claro, la prioridad era abrir la A8. ¿Y la inspección de trabajo hacia dónde mira? Como han hecho todos en este caso, miraba hacia otro lado.
Pero, ¿cómo hemos llegado a tener un vertedero así sobre nuestras cabezas? El sistema capitalista que tenemos hoy en día, un modelo de producción y consumo que no tiene en cuenta los límites del planeta, y un modelo industrial obsoleto que genera demasiado residuos, muchos de ellos peligrosos, nos han llevado a tener este tipo de infraestructura. Para evitar hechos similares a lo ocurrido en Zaldibar, además de la transparencia y el control, es necesario un cambio radical del modelo económico, una apuesta por una verdadera economía circular. Y aquí todavía muchos no se han dado cuenta de que sí o sí es un camino a recorrer, que estamos agotando recursos y que si no lo hacemos de una manera ordenada y justa, el capitalismo verde volverá a imponer este tipo de infraestructuras inaceptables.
En este aniversario queremos recordar y reconocer la dignidad que han mostrado las familias de Joaquín y Alberto. También el enorme trabajo que ha realizado la plataforma Zaldibar Argituz para aclarar lo ocurrido y exigir responsabilidades. Lo que tenemos delante no es cualquier adversario, estamos actuando contra el poder económico que se esconde detrás del poder político. Lo que hemos conocido hasta ahora nos ha demostrado que no podemos fiarnos de las instituciones. Por eso, la plataforma Zaldibar Argitu y la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria de la que forma parte ELA, nos hemos presentado de forma conjunta como Acusación Popular en la causa abierta en los tribunales, y hemos puesto en marcha una campaña de crowfounding para recaudar fondos para poder sufragar el gasto que supone presentarse como Acusación Popular.
Será necesaria la colaboración de toda la sociedad para conocer la verdad. No será un camino fácil, nos pondrán muchas trabas como lo han hecho hasta ahora, pero tenemos derecho a conocer la verdad y seguiremos luchando. Por eso, ELA apoya las movilizaciones que se han convocado el 6 de febrero en diferentes localidades en recuerdo de lo sucedido en Zaldibar y hacemos un llamamiento para participar en ellas.
Langileak, osasuna, erantzukizunak. Zaldibar Argitu orain!