La Cumbre del Clima de Biden no tiene nada que ver con la lucha climática

13/05/2021
El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, llamó a 40 lideres mundiales para una conferencia sobre el clima el 22 de abril, el día de la Tierra. Pero lo acontecido en esa reunión deja en evidencia la falta de compromiso y ambición de los asistentes, que solo hablan de reducciones a futuro bastante escasas de sus emisiones, pero en realidad ni siquiera toman medidas para cumplirlas.

Por mucho que las grandes potencias mundiales quieran aparentar con sus “ambiciosos” objetivos de recorte de emisiones, no será suficiente para que el calentamiento del planeta no supere los 1,5 grados, ni siquiera los 2 grados. De momento ya tenemos un calentamiento de 1,2 grados, y con los recortes anunciados hasta ahora, el calentamiento global será de 3 grados. Nos llevará a una situación insostenible, jamás antes conocida.

Ya lo está advirtiendo año tras año la ONU, que planteo un escenario aterrador, según sus propias palabras. Las evidencias e impactos del calentamiento global se acumulan. El año 2020 fue uno de los tres años más calurosos desde que se tienen registros, los otros dos fueron 2016 y 2019. Si la tendencia se mantiene, si la evidencia dice que así será, el 2021 también será más cálido de lo normal.

Pero el 2021 no debería ser significativo solo por batir récords, también debería ser un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático. Ya lo están reclamando la ONU, otras instituciones internacionales, movimientos sociales, ecologistas, y ELA también. La COP26 de Glasgow se celebrará en noviembre, aunque debería haberse hecho en 2020, y para entonces los países tenían que haber presentado planes de recorte de emisiones más ambiciosos que los recogidos en el Acuerdo de París, que solo 75 países habían ampliado sus compromisos a finales del 2020.

Esperemos que el resto lo hagan en 2021, aunque visto lo ocurrido en la última década, es bastante ingenuo pensar así. Si hubiese la suficiente ambición para que se cumpla con el acuerdo de París (que no es ninguna garantía de frenar el cambio climático), los países deberían lograr la neutralidad en sus emisiones para 2050. Es decir, que en 2050 se podría emitir tanto como absorben los océanos y la tierra, y no habría emisiones que quedaran en la atmósfera.

De momento el cambio más llamativo lo ha hecho EEUU, que se ha adherido de nuevo al Acuerdo de París y ha llamado a una conferencia a 40 lideres mundiales, con la intención de presionar para que los países amplíen los compromisos de reducción de emisiones.

Pero no nos engañemos, este movimiento de Biden responde más a su afán por retomar el liderazgo de la política mundial que a una ambición climática real. Ha marcado como objetivo la reducción de emisiones del 50% para el 2030. No lo suficiente. China tampoco está por la labor, su objetivo es seguir emitiendo hasta 2030 y la neutralidad de carbono para el 2060. Siendo estos dos países los que más emisiones mundiales producen, el futuro está más cerca de los 3 grados de calentamiento que de los 1,5, que ya supone impactos graves. La UE aboga por la neutralidad de emisiones para el 2050, pero solo supone el 10% de las emisiones mundiales, de modo que no tiene un gran impacto.

La década 2020-2030 será la decisiva tanto para ampliar compromisos de reducción, como tomar medidas urgentes y drásticas para cumplirlos. Lo repetimos una y otra vez, pero es que, no hay tiempo.