La gestión de los residuos industriales no ha cambiado en los últimos 10 años, sigue siendo lamentable
El modelo de consumo de nuestra sociedad es causante de diversos problemas. El consumo desmesurado ha dado lugar a una gran generación de residuos. El problema de los residuos urbanos en Hego Euskal Herria tiene bastante eco, pero no tanto los residuos industriales. En el total de residuos generados, estos últimos tienen un peso muy superior (el 77% del total de residuos de HEH) y su gestión ha pasado de puntillas hasta el derrumbe del vertedero de Zaldibar.
La generación de estos residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, ha aumentado durante la última década, tanto en la CAPV como en Navarra. En lo que respecta a su gestión, en la CAPV se reciclaron en 2019 el 65% de los residuos no peligrosos y peligrosos. En Navarra en 2021 se reciclaron el 37% de los peligrosos y el 81% de los no peligrosos. Los que no se reciclan van a los vertederos. Los vertederos como el de Zaldibar son los que han recibido hasta ahora todos estos residuos, y no hace falta explicar el tipo de problema que plantean. Estos datos sobre la gestión de residuos no han variado en la última década, no hay avances en las tasas de reciclaje, lo que pone de manifiesto la falta de política de residuos industriales.
Por sectores, la mayor parte de los residuos industriales generados en la CAPV, tanto peligrosos como no peligrosos, proceden de la industria de procesos térmicos. En Navarra, el principal sector productor de residuos peligrosos es la fabricación de vehículos y en el caso de los no peligrosos la metalurgia.
Los problemas derivados de la falta de gestión de este tipo de residuos son muy graves, desde la contaminación del agua hasta el derrumbe de Zaldibar, que se llevó por delante la vida de dos trabajadores por delante. Sin embargo, el Gobierno Vasco y el Gobierno de Navarra no tienen una política sólida en materia de residuos industriales. No toman ninguna medida que suponga un coste económico para las patronales y se esconden en la responsabilidad que la sociedad debe asumir en materia de residuos urbanos, mientras que el verdadero problema son los residuos industriales que generan las empresas.