La Ley de Cambio Climático no es suficiente para la transición ecológica que necesitamos

13/05/2021
El Congreso de los Diputados ha aprobado la Ley de Cambio Climático y Transición energética. Esperando que lo apruebe el Senado, el objetivo marcado por el ejecutivo es cumplir con los compromisos internacionales en la lucha contra el cambio climático. Pero queda muy lejos de alcanzar la transición ecológica que la economía, la sociedad y el medio ambiente necesita en este momento histórico de transición.

Muchos movimientos sociales, ecologistas incluso partidos con representación en el Congreso se han manifestado decepcionados con esta Ley. En ELA tampoco creemos que sea lo que de verdad se necesita para avanzar hacia un nuevo modelo justo económica, social y medioambientalmente. Estas son algunas de las medidas impulsadas y su poca ambición:

  • Habla de cumplir con el acuerdo de París, no de mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados, que es la única manera de no tener impactos impredecibles.

  • Reducción de emisiones del 23% para 2030. Este compromiso no es suficiente para que en 2050 pueda haber emisiones neutras.

  • Otro objetivo para el 2030 es que de la energía consumida el 42% sea de origen renovable. Y que en 2030 se generará el 74% de la electricidad con renovables y en 2050 el 100%. ELA siempre a defendido el 100% de generación con renovables, aunque conseguirlo en 2050 es demasiado tarde. Estos objetivos deben ser más ambiciosos en una ley de transición energética. Pero es que además no se marcan objetivos de reducción del consumo total de energía, que es una de las claves para un cambio de modelo económico y social indispensable para frenar el cambio climático.

  • La ley ampara el autoconsumo de energía y siempre es positivo, aunque habrá que ver las condiciones que se ponen para ello, y el papel que se les dará a las grandes eléctricas en este ámbito.

  • En cuanto a las energías fósiles, se prohíbe el fracking y las nuevas exploraciones de hidrocarburos. Las existentes no se podrán prorrogar más allá del 2042, una fecha demasiado lejana para una transición energética inminente.

  • En cuanto a movilidad, la ley dice apoyar el cambio de tendencia que se está dando en la industria y en la sociedad hacia el vehículo eléctrico. Para ello las medidas a adoptar serán tener un parque de vehículos ligeros sin emisiones para 2050, retirando de la venta en 2040 los vehículos con emisiones de Co2. También abre la vía a biocombustibles y combustibles renovables no biológicos, con el peligro que conllevan algunos de estos combustibles por su gestión insostenible.

  • Un punto a favor de esta ley está en el impulso del transporte público con una ley de movilidad sostenible y con objetivos de penetración del ferrocarril en el transporte de mercancías en distancias superiores a los 300 km.

  • Las inversiones necesarias para la transición energética aparecen continuamente peligrosamente relacionadas con los fondos europeos, que están siendo el mecanismo para pintar cualquier proyecto de verde, aunque no sean renovables, sostenibles, ni admisibles.

 

Estas algunas de las medidas que plantea la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Medidas no tienen como objetivo un cambio de modelo hacia una vida que merezca la pena vivir en un mundo con recursos limitados. Es más bien una salida rápida y mala a la exigencia de legislar contra el cambio climático que desde instituciones