La luz ha subido un 4% en abril

El Ministerio de Transición Ecológica decidió el pasado 5 de octubre anular el impuesto del 7% que se aplicaba a la generación energética. Pero ahora ha decidido aplicarlo de nuevo. La explicación dada al respecto no tiene mucho sentido. La Ministra Teresa Ribera ha dicho que el deseo del PSOE es hacer una reforma estructural en la fiscalidad energética,pero que en período electoral era imposible hacerlo. La necesidad de reforma no obliga a retroceder en las decisiones tomadas, mucho menos cuando dicho retroceso implica el incremento del 5% en el precio de una necesidad básica como es la luz.
El no pagar este impuesto durante los últimos 6 meses ha implicado un ahorro. Las personas que tienen contratada una potencia de 2.600 Kwh, como puede ser una pensionista que vive sola y tiene pocos electrodomésticos, en este período ha ahorrado 49,48€. Una familia que vive en un piso de 90 metros con 4.000 Kwh contratados habrá ahorrado 76,14€. Y en un chalet con 6.000 Kwh contratados han ahorrado 114,2€.
Si analizamos el precio de la electricidad, nos encontramos con un sistema muy injusto. Se paga por tramos y el precio de la electricidad en los tramos que menor consumo tienen es mucho más caro que en los tramos de los grandes consumidores. Si lo comparamos con Europa en el tramo que menos se consume (<1.000 Kwh) en el Estado español se paga 0,57€ el Kwh, mientras que en la Unión Europea como media se pagan 0,33€. Sin embargo en los tramos de mayor consumo en el Estado se paga 0,17€ el Kwh, al par de los 0,18€ que se pagan de media en la Unión Europea. El sistema premia a quien más consume mientras castiga a quienes ahorran energía. Si analizamos la fiscalidad, el sistema es totalmente regresivo. Por un lado se le aplica un 21% de IVA, cuando se les debería aplicar un tipo reducido (10%) o super reducido (%4), al menos a los tramos básicos, por ser un bien de primera necesidad. Por otro lado, el impuesto que se le aplica a la electricidad es de un 4,8% para todo el mundo, sin ninguna progresividad. Es decir, quienes más consumen o mayor renta tienen (normalmente coinciden) pagan el mismo impuesto que las personas que sufren la pobreza energética. Por último, si vemos el peso que tienen los impuestos en el total de la factura, en el Estado solo suponen 21,36% mientras que en la Unión Europea suponen un 40,43%. Este dato también refleja el sistema injusto que sufrimos. En Europa gran parte de la factura son impuestos que acaban en las arcas públicas, en el Estado español acaba engrosando los beneficios de las grandes empresas eléctricas.
El ahorro que hemos tenido en los últimos 6 meses no es consecuencia de un sistema más justo, sino la consecuencia de haber dado más beneficios a las eléctricas mediante la rebaja fiscal. Es verdad que necesitamos una reforma profunda del sector energético, pero para ello se debe mirar en la dirección correcta y tener voluntad política para cambiar políticas injustas.