La macrogranja de Caparroso no es compatible con el modelo de agricultura que ELA defiende

La empresa Valle de Odieta, la dueña de esta macrogranja de vacas lecheras situada en Caparroso, recientemente ha pedido la ampliación de la granja para llegar a tener 7.200 vacas (también tiene intención de construir otra granja con 20.000 vacas en Soria). De llevarse a cabo la ampliación, esta macrogranja sería una de las mayores de Europa y totalmente contraria a un modelo de futuro verde hipotéticamente impulsado por las políticas europeas, en las que dicen primar cada vez más la sostenibilidad.
Pero los problemas vienen de antes: los problemas de contaminación, tanto de aguas como del suelo por los reiterados vertidos ilegales, un modelo totalmente contrario al bienestar animal, y el daño que causa a la economía de las personas que trabajan el la agricultura en un modelo sostenible social y medioambientalmente.
Por todas estas razones, ELA cree que el Gobierno de Navarra no debe autorizar ampliación alguna, y que además debe tomar medidas urgentes y tajantes para solucionar esta situación que se está volviendo insostenible para las personas que viven alrededor de la granja, pero también las que viven aguas abajo, ya que la contaminación está llegando mucho más allá y los daños que causará serán irreversibles en algunos casos.
Pero muchos siguen primando conseguir más y más beneficios económicos sin importar para nada las consecuencias ambientales, sociales o sanitarias.
Este no es el modelo que necesitamos para salir de la emergencia ecológica en la que nos encontramos ni para hacer frente al despoblamiento rural, tampoco es el modelo que ELA defiende. Muchas instituciones declararon la situación de emergencia ecológica. Ahora es el momento de ir más allá y poner medidas para que estás actividades contrarias a la transición ecológica no puedan causar más daños al medio ambiente, ni a la salud. Pero parece que la emergencia ecológica fue más maquillaje que otra cosa. Este último año se están justificando proyectos sin sentido en nombre de la transición ecológica, tanto en el Pacto Verde Europeo como en los Fondos Europeos. Un greenwashing en toda regla.