La transición ecológica que impulsan los Fondos Europeos no es el modelo de transición que defiende ELA

04/11/2020
En este difícil momento de pandemia y crisis los fondos europeos no se destinarán a reforzar los servicios públicos, los cuidados o los servicios sociales. Se dejarán de lado estas necesidades básicas y se utilizarán para financiar proyectos que ya están en marcha. Los beneficiarios serán, entre otros, las multinacionales del sector energético.

Los fondos europeos están siendo tema de discusión estas últimas semanas. Los fondos Next Generation se destinarán a proyectos relacionados con la transición ecológica y la digitalización, y no para cubrir las necesidades básicas que ha generado la crisis económica, social y sanitaria. Tendrán prioridad los proyectos que ya están en marcha, de modo que los que realmente están respondiendo a estas nuevas necesidades no tienen prioridad.

Para la Unión Europea esta es una oportunidad inmejorable para establecer los planes estratégicos que tenía en su agenda desde hace años. Los países que soliciten estos fondos deberán acometer reformas en materia de pensiones, mercado laboral o estabilidad presupuestaria. Es decir, los fondos van a estar condicionados a seguir aplicando las políticas de recortes de derechos laborales y sociales. Además, las inversiones que se realicen deberán ser acordes con los proyectos estratégicos de la Unión Europea, por encima de las necesidades reales de los países. Será un fondo que beneficiará a las grandes empresas y multinacionales vinculadas a los sectores energético y de telecomunicaciones. Por lo tanto, no son más que una vía más para llevar a cabo las políticas y reformas que se nos imponen desde Europa en los últimos años.
En la CAPV y Navarra también estamos conociendo las intenciones de sus gobiernos para beneficiarse de estos fondos.
Hace unos días se filtró una tabla de proyectos del Gobierno Vasco que pretenden obtener financiación de fondos europeos, por un importe total de 10.228 millones de euros para el periodo 2020-2024. Entre los proyectos destacan varias obras del TAV, cifradas en 2.712 millones, y proyectos tractores público-privados, que pondrán a disposición de grandes empresas como Iberdrola o Petronor dinero público por valor de 2.000 millones.

En Navarra también se ha presentado un avance de los proyectos que recibirán estos fondos. Estos proyectos tendrán un coste de 3.760 millones de euros en el periodo 2020-2026, de los que 761,5 millones se esperán recibir del fondo europeo Next Generation. Chivite ha reconocido que se trata de un proyecto que endeudará a las próximas generaciones. El proyecto se ha presentado dentro de una estrategia de transición que se ha dividido en 71 proyectos. Las líneas de trabajo están dentro de la transición ecológica, pero no se han definido qué proyectos concretos se pretenden financiar con estos fondos, sólo se han dado a conocer unos pocos. No se aclara si se pretende solicitar financiación para el TAV, como en la CAPV, o tampoco si se presentarán proyectos insostenibles como las ampliaciones del Canal de Navarra y el pantano de Yesa. De modo que no está claro qué modelo de transición defenderá el Gobierno de Navarra en los próximos años.

En esta situación extraordinaria que vivimos, es inaceptable que los recursos públicos se destinen a proyectos privados y a modelos alejados de una transición ecológica justa. El modelo de transición ecológica de la Unión Europea no es el que defiende ELA: basado en las energías renovables, generado y distribuido en redes locales, gestionando la energía como un derecho y contralado por el sector público, un modelo de producción y consumo que se basa en la economía circular,...

En una palabra, la transición que defendemos y exigimos en ELA nos llevará hacia un sistema que pone en el centro a las personas y a la vida.