La Unión Europea prepara la legislación contra la deforestación

08/11/2022
La Unión Europea es responsable del 16% de la deforestación mundial y adoptará una ley para combatirla antes de que finalice el año. El texto está siendo elaborado por el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, bajo la presión de varios lobbies.

Es necesario detener la deforestación para poder alcanzar el objetivo de 1,5 grados de calentamiento máximo firmado en el Acuerdo de París. Entre 2008 y 2020 la deforestación mundial causó la pérdida de 420 millones de hectáreas de bosques, más que la superficie total de la Unión Europea.

El 90% de la deforestación se debe a la agricultura industrial. Los principales productos de esta agricultura son el aceite de palma y la soja, que suponen dos tercios. El 16% de los productos que generan deforestación se consumen en la UE, ocupando el segundo lugar a nivel mundial después de China.

Para hacer frente al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad, la Unión Europea obligará a las empresas a garantizar que los productos que se venden en la Unión Europea no provienen de tierras que han sufrido deforestación. De este modo, se reduciría la responsabilidad de la UE en la deforestación y la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.

Además, deberán garantizar que los productos se producen cumpliendo las disposiciones que establece el derecho internacional sobre derechos humanos y que respetan los derechos de los pueblos indígenas. De esta forma, las comunidades indígenas que viven en los bosques podrían denunciar ante las instituciones europeas la violación de sus derechos.

Entre los productos objeto de estas obligaciones se encuentran el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera y la carne de vacuno, así como el chocolate, el cuero y los muebles derivados de los mismos. El Parlamento ha solicitado la apertura de esta lista y está pendiente si se añadirán a la lista las carnes de cerdo, cabra y pollo, maíz, carbón vegetal, caucho y papel. El Parlamento Europeo también quiere extender la norma a los bancos, para que aseguren que sus actividades financieras no favorecen la deforestación.

El listado de empresas que incumplan estas obligaciones será público, por lo que la ciudadanía podrá decidir en sobre su consumo. La normativa es ambiciosa, pero lamentablemente se deja en manos de las empresas el cumplimiento de sus obligaciones y esto es siempre preocupante, ya que no se exige una auditoría independiente y así no se garantiza la transparencia.

Ahora el texto debe ser consensuado por la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo y se espera que sea aprobado a finales de año. Veremos si realmente esta ley es efectiva, o si va a estar influida por la presión de los diferentes lobbies, como en otras muchas ocasiones.