Las nuevas Directrices de Ordenación del Territorio tienen grandes lagunas

13/06/2018
Se ha publicado el anteproyecto de las nuevas Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) en la CAPV, y ELA ha hecho su valoración sobre el modelo de territorio que impulsan. No estamos de acuerdo con ese modelo y creemos que tiene grandes lagunas.

Comparando con la propuesta anterior vemos que ha habido algunos avances pero todavía quedan muchos criterios que mejorar. Los criterios en los que ELA se apoya para hacer esta valoración son los que debe cumplir cualquier plan de ordenación del territorio: la sostenibilidad, el bienestar de las personas y la justicia social:

  • Creemos que es un avance valorar el suelo no urbano como algo más que un recurso económico, y que se le concedan otros valores y necesidades como el carácter de servicio de los ecosistemas, hacer más visible las zonas rurales, priorizar la optimización del uso y la regeneración del suelo, y que la gestión sostenible de los recursos sea un eje principal. Pero no se integra el concepto de empleo climático o empleo verde. Los servicios ofrecidos por estas zonas rurales (frenar el cambio climático, abastecer de alimentos cercanos, mejorar la calidad ambiental...) cumplen con las características de esta tipología de empleo.

  • Las directrices que rigen la cuantificación residencial, es decir, las viviendas que se pueden construir en cada municipio, mantienen los criterios que crearon la burbuja inmobiliaria y no aseguran el derecho a una vivienda digna.

  • El turismo en la CAPV es cada vez una actividad económica con mayor peso y cada vez ejerce una mayor presión en el territorio. Un problema surgido estos últimos años es el de los pisos turísticos. En estas DOT se analizan como recurso y dicen que se deben tener en cuenta en futuras planificaciones urbanísticas. Pero ya estamos conociendo los daños que generan, sobre todo en las capitales, y las DOT deberían plantear medidas concretas para frenar estos impactos negativos.
  • Este anteproyecto de DOT incluye por primera vez el concepto de economía circular, cuestión muy positiva, pero no lo desarrolla lo suficiente. Este concepto se debe ligar a la transición ecológica y social de la economía, para que tengamos otro modelo de producción y consumo, sin emisiones y basado en la utilización sostenible de los recursos. Vemos necesario incluir el concepto de transición en estas DOT, pero no lo hemos encontrado en ningún apartado. La economía circular va más allá de los residuos y los usos del suelo, por eso es un criterio a aplicar en las actividades económicas, sobre todo en las actividades innovadoras ligadas a la industria y al diseño. Y no se menciona en ningún otro apartado del documento.

  • El apartado de energía es muy importante en cualquier Plan. Pero los objetivos que marcan estas DOT son insuficientes ante el reto que tenemos delante. Hace hincapié en la eficiencia y la necesidad de ampliar el uso de las renovables. Aunque se habla de generación de energía renovable, pone estas fuentes a la par que a la cogeneración. Además habla del gas natural como energía alternativa, siendo del todo inadmisible, ya que es una energía fósil.
  • Merece una mención especial el apartado de grandes infraestructuras. Siguen definiendo el TAV como una infraestructura básica. Las DOT sobre el trasporte ferroviario de personas se limitan al TAV, dejando de lado las lineas de cercanía, siendo las que de verdad articulan el territorio y las más utilizadas por la mayoría de la población. El TAV solo ocasiona perjuicios a las zonas situadas entre las capitales: recortes del transporte público, grandes daños ambientales, y los flujos económicos y de personas se concentran en las capitales en detrimento de las zonas intermedias.
  • El cambio climático se considera un tema transversal pero no se incluye lo suficiente en otros apartados. Se plantean objetivos interesantes: impulsar un modelo energético de bajas emisiones de carbono, reducir residuos, consumir de manera responsable o mantener la resiliencia de los ecosistemas. Pero estos objetivos se deberían incluir en los apartados concretos en los que se desarrollan: energía, gestión de residuos, economía circular y zonas rurales por ejemplo. Y en estos apartados no se desarrolla lo suficiente.

Resumiendo, siendo el principal objetivo el equilibrio y la cohesión del territorio, ELA exige que estas DOT, y el modelo de territorio que impulsan, deben redistribuir los recursos y garantizar la multifuncionalidad del territorio. Para eso, la solidaridad y la sostenibilidad deben ser los principales criterios que rigen estas DOT, cosa que no ocurre.