Los presupuestos de Navarra no destinan a las políticas de cambio climático el dinero que dice el Gobierno

Dada la gravedad de la situación actual, estos presupuestos no son suficientes para hacer frente a esta emergencia. Muchas partidas destinadas al cambio climático son muy escasas. En materia de protección ambiental, se han destinado 450.000 euros a la red de control de calidad del aire. Este presupuesto no es aceptable porque las emisiones de GEI en Navarra van en aumento. Se destinará muy poco al control de residuos, 192.000 euros. Acabamos de conocer que Navarra recibe lixiviados de Gipuzkoa que no pueden ser tratados, por lo que deberían dirigir más recursos para el control de residuos.

Las partidas que realmente se destinan a frenar el cambio climático son muy escasas, como los servicios básicos de los pueblos o la rehabilitación de edificios. Para fomentar la agricultura ecológica, por ejemplo, sólo se destinan 3 millones de euros cuando la soberanía alimentaria y la agricultura ecológica son sectores estratégicos para combatir el cambio climático. Tampoco hay partidas para impulsar la movilidad sostenible en las empresas, aunque el transporte es uno de los principales sectores generadores del cambio climático.

Según el informe, en los presupuestos se han destinado 151,1 millones de euros para frenar el cambio climático, un 2,3% del presupuesto de 6.355 millones de euros. Pero no es cierto que se utilicen en políticas para frenar el cambio climático. Muchos de los proyectos que se mencionan en este informe van en dirección contraria, como la segunda fase del Canal de Navarra, las subvenciones a la industrialización agraria, el impulso al regadío no sostenible o el programa Moves para la compra de coches. El Gobierno de Navarra incluye estos proyectos como proyectos de lucha contra el cambio climático, y son totalmente opuestos.

En el ámbito de las energías renovables, no se impulsa ninguna infraestructura pública de producción de energía renovable, el presupuesto se destina a subvenciones para autoconsumo y empresas, pero no se da ningún paso hacia la publificación del sector, ni siquiera para sustituir la energía fósil.

En cuanto a la transición ecosocial, una de las principales reivindicaciones de ELA es la relocalización de la economía, en la que tampoco hay avances. El presupuesto impulsa todo lo contrario, destina 40 millones de euros para la promoción empresarial, siendo la internacionalización de las empresas uno de los objetivos principales. Esta partida debería orientarse a la transformación de la actividad industrial para poder producir respetando los límites del planeta.

ELA, ante la gravedad de la situación actual, exige al Gobierno de Navarra unos presupuestos que hagan frente a esta emergencia, y que realmente impulsen la transición energética, la transformación industrial y la relocalización de la economía.