No al tren de alta velocidad. Por un tren social (opinión)

27/04/2010

Los gobiernos navarro y español siguen con la intención de construir el tren de alta velocidad en Navarra. Todavía no hay un trazado definitivo del TAV, ni se ha hecho el Estudio de Impacto Ambiental. Aún así el proyecto sigue adelante. Esta obra no saldrá gratis. Según el convenio firmado con el gobierno español, la administración navarra deberá adelantar el 57% (387,65 millones de euros) del coste de las obras y asumirá el coste de los intereses (45 millones de euros). Para adelantar este dinero, tendrá que recortarlo de otras partidas (en 2010 se han recortado 107 millones). Y si el proyecto cuesta más de lo que está presupuestado, el sobrecoste también lo asumirá el gobierno de Navarra.

Este tren no es necesario y será perjudicial. La administración no informa a la ciudadanía y la gente no sabe lo que es el TAV. Los argumentos que utilizan para justificar esta obra son falsos. En realidad, el TAV:

- No es una alternativa a otros medios de transporte y lo utilizará muy poca gente.

- Este ferrocarril no será apto para mercancías, así que éstas seguirán siendo transportados por miles de camiones por carretera.

- Teniendo en cuenta que la única estación confirmada es la de Iruña y la mayoría de los desplazamientos por carretera son dentro del territorio navarro, no disminuirá el tráfico.

- Ya existe un tren rápido (Alvia) que cubre el trayecto del TAV, aunque este último será más caro. ¿Qué necesidad hay de construir una nueva infraestructura cuando ya hay una que ofrece lo mismo en un tiempo razonable?

- Después de construir el TAV el coste de mantenimiento de la línea será de 21,4 millones de euros al año (100.000 euros por kilómetro). Se reducirán las inversiones destinadas a los verdaderos intereses de los ciudadanos y ciudadanas. Este dinero se debe destinar a verdaderas necesidades como educación, sanidad o vivienda. Navarra es el último en el ranking europeo destinando dinero público a educación.

- El TAV no creará tanto empleo como el que destruye, ya que se perderán empleos al abandonar las líneas existentes. En vez de arreglar los desequilibrios territoriales que ya existen, los aumentará.

- Esta infraestructura exige unas obras descomunales. El deterioro ambiental será enorme e irreparable.

Varias organizaciones sociales y sindicales ya nos hemos pronunciado en contra de este proyecto, pero la opinión de los ciudadanos y ciudadanas no se tiene en cuenta. Nos quieren vender la sostenibilidad del TAV, cuando está claro que es insostenible económicamente, socialmente y ambientalmente.

Pero este macroproyecto sin razón tiene alternativa, el tren social. Una red de ferrocarril sostenible que de respuesta a las necesidades reales de la ciudadanía. Un tren que se integre en el sistema de transporte general, que haga posible un modelo territorial sostenible. Un tren que no deje zonas marginadas.

Para ello se debe mejorar la red actual adecuando las vías a trenes más rápidos y mixtos (viajeros+mercancías), y con capacidad para conectarse con Europa. Además el tren social minimiza los daños medioambientales y ahorra energía.

Por estas razones, ELA exige que se abandone este proyecto y el convenio firmado, porque no defiende un modelo territorial y social sostenible. Reclamamos que se abra un debate social de verdad, para que la ciudadanía decida qué política de transporte quiere y para que tengamos un modelo territorial y social más justo.