Nuevo récord de emisiones de GEI en vísperas de la COP en Madrid

02/12/2019
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), ha hecho público el 25 de noviembre un nuevo informe en el que advierten de que los niveles de los gases de efecto invernadero (GEI)han alcanzado un nuevo récord sin precedentes. Esto significa que las generaciones futuras tendrán que hacer frente a unos efectos cada vez más graves del cambio climático, como el aumento de las temperaturas, unos fenómenos meteorológicos más extremos, un mayor estrés hídrico, la subida del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas marinos y terrestres. Esto no es nada nuevo, el año pasado advertían de haber batido este récord, y este año lo hemos superado.

Este informe ha mostrado que la concentración media mundial de dióxido de carbono alcanzó las 407,8 partes por millón (ppm) en 2018, tras haber sido de 405,5 ppm en 2017. El incremento de CO2 que se produjo de 2017 a 2018 fue muy similar al observado de 2016 a 2017. Los niveles mundiales de CO2 sobrepasaron el simbólico e importante umbral de 400 partes por millón en 2015.

No hay indicios de que se vaya a dar una desaceleración, y mucho menos una disminución, de la concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera a pesar de todos los compromisos asumidos en virtud del Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Cabe recordar que la última vez que se dio en la Tierra una concentración de CO2 comparable, fue hace entre 3 y 5 millones de años. En ese entonces, la temperatura era de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.

No se prevé que las emisiones mundiales dejen de crecer de aquí a 2030, ni mucho menos en 2020, si se mantienen las políticas climáticas y los niveles de ambición actuales de las contribuciones determinadas a nivel nacional. En el Informe “United in Science”, elaborado gracias a la labor de las principales organizaciones asociadas en el ámbito de la investigación sobre el cambio climático mundial, se subrayó la manifiesta, y cada vez mayor, disparidad entre los objetivos acordados para resolver el problema del calentamiento global y la realidad.

Las conclusiones del informe de la OMM nos marcan una dirección clara, también lo dice la Directora Ejecutiva del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente): “en este período crítico, debemos intensificar las medidas y realizar acciones concretas para reducir las emisiones, estamos frente a una difícil situación: podemos emprender las transformaciones radicales que necesitamos hoy o deberemos enfrentar las consecuencias de un planeta radicalmente modificado por el cambio climático”. Según el décimo informe del PNUMA sobre disparidad de emisiones publicado el 26 de noviembre, las emisiones mundiales de GEI deben reducirse un 7,6% cada año entre 2020 y 2030 para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de que el calentamiento global se sitúe en 1,5ºC con respecto a la era preindustrial, lo que significa quintuplicar los esfuerzos actuales, ya que los actuales compromisos climáticos de los países implican un incremento de 3,2ºC, con sus consiguientes impactos climáticos destructivos.

La disparidad entre los compromisos de los estados y la gravedad de la situación quedarán en evidencia en la COP25 que se celebrará en Madrid del 2 al 13 de diciembre. Todo el mundo decreta un estado de emergencia climática pero nadie se compromete a cambiar el sistema.