Organismos internacionales alertan sobre la necesidad de la transición energética ante el uso creciente del carbón

11/10/2022
Como consecuencia de la situación energética del último año, y sobre todo por el aumento de los precios y la dependencia de otros países, la Agencia Internacional de la Energía ha señalado que se está produciendo un aumento del uso de combustibles fósiles. El FMI también advierte de la importancia de una transición energética inmediata.

La Agencia Internacional de la Energía ha advertido del aumento en el uso del carbón. En un momento en el que se ha decidido reducir el uso del gas, primero por el aumento del precio del gas en el último año y después por la guerra de Ucrania, el uso del carbón para producir electricidad ha aumentado. En 2021 el uso del carbón en la Unión Europea aumentó un 14% y en 2022 se prevé un crecimiento del 7%. Por países, el crecimiento en el uso del carbón es diferente: en Alemania un 1%, en Polonia un 32% y en la República Checa un 11%. Estos datos son el reflejo de la política energética desarrollada por cada país antes de esta situación, y refleja las apuestas por la energía renovable.

En el Estado español el uso del carbón ha pasado del 2% al 4%. En las últimas décadas se han cerrado muchas centrales térmicas que producían electricidad a través del carbón, pero todavía no se ha aclarado lo que pasará con las centrales que aún estan por cerrar.

Además del crecimiento en el uso del carbón, varios países, como Francia, han mostrado sus intenciones de incrementar el uso de las nucleares.

Europa, y también los gobiernos de Hego Euskal Herria, priorizarón el uso del gas para prescindir del petróleo y el carbón, en lugar de apostar por las renovables, y ahora tienen que retroceder. Se ha perdido mucho tiempo y se ha llevado a la sociedad a una situación crítica como la actual. Para reconducir la transición energética es necesario apostar decididamente por las renovables. También para tener seguridad energética, no depender de otros países, y luchar contra la emergencia ecológica.

También el FMI (Fondo Monetario Internacional) advierte de los costes de no adoptar medidas contra el cambio climático y de la necesidad de una transición energética lo más rápida posible. Dice que aunque la transición a una sociedad neutra en carbono paralizará el crecimiento económico a corto plazo y aumentará la inflación, no tomar estas medidas multiplicará esos costes. “El retraso de décadas en la transición hacia una sociedad baja en carbono, lo que podría ser una transición suave, lo ha convertido en una transición difícil”, según el FMI. Y estas no son palabras de ELA sino del FMI, que no es sospecho de ser parte de la izquierda radical.

Pero no nos engañemos, FMI no ha dicho esto porque está pensando en el bienestar de toda la sociedad, sólo está defendiendo intereses económicos. La suya no será una transición energética justa, será la que el capitalismo haga para multiplicar sus ganancias. Y esto no es el modelo de transición energética que quiere impulsar ELA. Sin embargo, el FMI confirma que la transición energética es más rentable que avanzar a ciegas con energías fósiles.

Ante el aumento del uso de energías fósiles en vez de la aceleración de la transición energética, Greenpeace considera que la situación es peligrosa: permitir el aumento de los gases de efecto invernadero, eliminar el pago de los derechos de emisión de carbono (como ha ocurrido en Alemania y en el Estado español) o el proyecto de construcción del gasoducto MidCat, que garantiza el uso del gas en el futuro, son preocupantes. Ante estas medidas a favor de las energías fósiles, y como solución a la crisis energética, la organización ecologista ha señalado la necesidad de un desarrollo masivo de las renovables. Pero subraya que este desarrollo masivo debe realizarse dejando a las energías renovables en manos de la ciudadanía, es decir, en base al autoconsumo y a las comunidades energéticas. Y plantea una reflexión: ¿qué consumos energéticos son los que no necesitamos? y ¿dónde hay que reducir el consumo de energía de acuerdo con los límites del planeta para tener una vida digna pero sin depender de la energía de los oligarcas?

ELA hace suya esta reflexión, porque somos conscientes de que para que una transición energética justa sea posible hay que reducir drásticamente el consumo, pero no todas tendremos que reducirla por igual. Empecemos a reconocer qué cosas son realmente necesarias.