Organizarnos ante la crisis ecológica y social

16/02/2022
Ainhara Plazaola - ELA Medio Ambiente
Llevamos muchos años hablando del cambio climático, y ya es una realidad indudable. La emergencia climática o ecológica también es un concepto que hemos interiorizado, también las instituciones, aunque sólo sea para hacer propaganda. Desgraciadamente, con el paso del tiempo la situación va a peor, tenemos más cerca los efectos que producen estos fenómenos y cada vez son más graves. No hablamos sólo de inundaciones o sequías, sino de empeorar las condiciones de vida de la clase trabajadora y de precarizar las condiciones de trabajo. Cuando decimos que el cambio climático y la emergencia ecológica son una cuestión de clase, hablamos de esto.

En los últimos meses se han tenido que realizar paradas en varias fábricas por problemas de abastecimiento. Algunas voces dicen que detrás de este problema está la pandemia, otras que tenemos una dependencia tremenda de los productos que se producen en los países asiáticos, y algunas han considerado que el barco que quedó varado en el canal de Suez también ha tenido mucho que ver. Dicen que todas son razones coyunturales y que volveremos a la situación previa. Pocos admiten otra de las razones que hay detrás de esto, si no la principal: la escasez de energía y materiales.

En los últimos meses hemos visto como algunos sectores se han visto afectados por los altibajos causados por esta escasez: falta de chips en la automoción, el encarecimiento de la energía en las acerías, paradas en la construcción de parques eólicos por el encarecimiento del acero... Como una situación afecta a la otra, las consecuencias han llegado en cadena a otros sectores. Y también está afectando a las condiciones de trabajo y de vida de la clase trabajadora, es una realidad que estamos viendo a diario en el sindicato.

Esta crisis causada por la escasez de materiales y energía no es coyuntural, no se resolverá por sí sola sin hacer nada. No hay energía ni material suficiente para sostener durante años el modelo de producción y consumo que tenemos (unos mucho más que otros) en este planeta. El problema es estructural, si no se cambia el modelo, la situación empeorará y cada vez a mayor velocidad. Y tendrá un impacto enorme en las condiciones de vida y trabajo de la clase trabajadora.

Pero no nos quedaremos mirando mientras esta crisis hace cada vez más precaria la vida de las personas trabajadoras. ELA, como ha hecho en otras crisis, va a organizar y luchar. Lo que tenemos delante es el capitalismo de siempre pintado de verde, que nos impone las políticas neoliberales e inhumanas de siempre. Rechazaremos las políticas que nos llevan al desastre y reivindicaremos que hay alternativas. Vamos a poner nuestras vidas y el planeta en el centro. Y seguiremos tejiendo alianzas con otros movimientos sociales y ecologistas, porque esta lucha es de todas.