El Gobierno de Navarra pacta con el Estado autoimponerse límites para no aumentar el presupuesto

07/10/2020
El acuerdo sobre el déficit anunciado por Chivite supone no aprovechar la suspensión de las reglas fiscales para 2020 y 2021, y además es una grave renuncia al autogobierno.

El Gobierno de Navarra actualizó la previsión de recaudación de Hacienda el 17 de septiembre, con una previsión de caída de la recaudación del 13,3% (en 2020 prevé recaudar 538,6 millones de euros menos que en 2019). Junto a eso también anunció que había acordado con el Ministerio de Hacienda fijar un límite de déficit en el 2,6%.
Sin embargo, días después, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció la suspensión en 2020 y 2021 de los limites de déficit, deuda y regla de gasto para todos los territorios y administraciones del Estado, incluida Navarra. Esto es, el límite de déficit acordado días antes entre el Gobierno de Navarra y el del Estado quedaba anulado al suspender las reglas fiscales, al igual que se ha hecho a nivel europeo.
No obstante, el Gobierno de Navarra ha vuelto a acordar con el Estado fijar una “tasa de referencia de déficit” del 2,6% para 2020, y del 2,2% para 2021. Este nuevo acuerdo, después de la suspensión de las reglas fiscales por parte de Madrid, supone para Navarra volver al escenario de la austeridad presupuestaria, sin ninguna necesidad: el Gobierno foral ha decidido acordar que la suspensión de las reglas fiscales no tenga ningún beneficio para Navarra.
Es intolerable que el Gobierno de Navarra acuerde autoimponerse un límite a su capacidad de gasto. Es un acuerdo inexplicable, porque supone la renuncia al autogobierno, y además muestra la falta de voluntad para cubrir las necesidades sociales existentes.
Los límites de déficit y deuda, así como la regla de gasto, son un mecanismo encaminado a imponer las políticas de ajuste en las políticas públicas, independientemente de las necesidades sociales existentes y de la coyuntura económica. Por ello ELA cree que debería haberse derogado (no debería limitarse a dos años, sino que debería ser definitiva) la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Financiera que establece ese mecanismo. Asimismo, se debería dejar sin efecto la reforma exprés del artículo 135 de la Constitución, que da prioridad al pago de la deuda frente a la cobertura de las necesidades sociales.
El problema de la política fiscal en Navarra es de recaudación, no de gasto. La solución debe pasar inevitablemente por una reforma fiscal que aumente la recaudación y la haga más justa y progresiva. Es cuestión de voluntad política. Es lamentable que el Gobierno de Navarra acuerde autolimitarse el gasto y no opte por aumentar la recaudación.
Por eso, ELA reclama al Gobierno de Navarra que dé marcha atrás en ese acuerdo, y que se acojan a la suspensión de las reglas fiscales para 2020 y 2021. Es imprescindible en plena crisis social, sanitaria y económica aumentar de manera notable las partidas presupuestarias destinadas a cubrir las necesidades existentes. Esa posibilidad de endeudamiento a corto plazo debe ser acompañada con una reforma fiscal que aumente de manera importante la recaudación. De lo contrario, en 2022 el previsible aumento de la deuda pública va a ser la justificación para aplicar fuertes recortes. Eso ya lo vimos en la crisis de 2008, y no debería aceptarse que vuelva a suceder lo mismo.
Conviene recordar que ELA elaboró en mayo propuestas en las que, entre otras cuestiones, se recogían medidas concretas en el Impuesto sobre Sociedades y en el Impuesto sobre el Patrimonio con las que se podría aumentar la recaudación en 900 millones de euros en Navarra en 2020.