El TAV no debe construirse, por su nula rentabilidad social y su elevado coste medioambiental
No hay estudio alguno que avale la rentabilidad económica, social o medio ambiental de destinar miles de millones de euros a este tipo de infraestructuras, dinero que se detrae de otras partidas en las que sí hay necesidades, como la sanidad, la educación o los servicios sociales.
El debate público se está centrando en quién ejecuta la obra, omitiendo el hecho de que el Gobierno de Navarra está de acuerdo con el proyecto. Solo pretende ser él quien decida qué empresas van a construir la infraestructura.
El anuncio del Gobierno de Navarra de que iba a abrir un proceso participativo es una broma de mal gusto, teniendo en cuenta que la decisión no solo ya está tomada sino que está en manos del Gobierno español.
Por todas estas razones, ELA exige al Gobierno de Navarra no solo que no destine partidas presupuestarias al TAV, sino que tampoco lo ejecute el Gobierno español. Debe abrirse un proceso de debate social real para ver cuál es verdaderamente el interés general de la ciudadanía navarra en esta materia. ¿Qué queremos, un tren sostenible, social y rentable que vertebre el territorio o un modelo centralizador, caro, carente de análisis de rentabilidad y basado en criterios meramente políticos?