ELA denuncia que los alimentos son un 15% más caros y la hipoteca media 3.000 euros más alta

ELA denuncia que los alimentos son un 15% más caros y la hipoteca media 3.000 euros más alta
A pesar de que el índice ha aflojado hasta el 5,7% en diciembre de 2022, los salarios siguen sin actualizarse a ese nivel y los precios de los alimentos continúan su escalada hasta máximos históricos. Además, la subida de los tipos de interés esta provocando un encarecimiento considerable de las hipotecas. Esto está acelerando el proceso de empobrecimiento de la clase trabajadora, especialmente el de las rentas más bajas.

El precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas en diciembre fue un 15,7% superior que hace un año. El precio del azúcar ha aumentado un 50%, la leche un 37%, el aceite de oliva un 35%, los huevos un 29% y el arroz un 21%, el pan un 15% y la carne de ave un 15%, por poner algunos ejemplos. En este sentido, la medida anunciada por el Gobierno de Sánchez de eliminar el IVA de los productos básicos es claramente estéril y no tendrá prácticamente impacto en los precios de alimentación.

Cabe destacar la escalada continua de la inflación subyacente hasta el 7%, que se consolida por encima de la tasa interanual del IPC. La inflación subyacente es aquella que excluye el precio los elementos más volátiles como son los alimentos o la energía y su continua subida muestra que las empresas están trasladando el aumento de costes al precio final de los productos y servicios. Las empresas están aprovechando la coyuntura para aumentar sus beneficios.

A esto hay que sumar las consecuencias que la subida de los tipos de interés esta teniendo en el precio de las hipotecas. El Euribor se sitúa hoy por encima del 3,3%, mientras que hace un año se situaba en valores negativos. Como consecuencia, se prevé que las hipoteca variable media se encarezca por encima de 3.000 euros anuales, encareciéndose también las hipotecas fijas que se firmen en la actualidad.

La cesta de la compra y el precio de la vivienda se encarece notablemente mientras los salarios siguen sin actualizarse en base al IPC. Esto está provocando que la clase trabajadora, que es la que deriva una mayor parte de su renta a los productos básicos y a la vivienda, vea mermado su poder adquisitivo y sea cada vez más pobre.