ELA valora el avance, pero pide más valentía al Departamento de Educación para que la resolución anunciada para esta semana llegue a un equilibrio mayor que el anunciado en el reparto del alumnado desfavorecido

11/05/2021
Para ELA es escandaloso el desequilibrio en la distribución del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, incluído el de situación socioeconómica desfavorecida, y por eso le parecen mejorables las medidas anunciadas para la resolución de admisión del alumnado

El proceso de elaboración de esta nueva normativa culminará esta misma semana, cuando se publique la resolución que concreta los aspectos más decisivos que llevan a un mayor equilibrio. ELA, además de apoyar este objetivo, insiste para que no se desvirtúe.

 

ELA ha participado en este proceso con representantes tanto de la red pública como concertada, y ha insistido en los siguientes puntos que nos parecen fundametales:

 

  • La reducción de ratios es una necesidad de siempre, que la pandemia ha hecho evidente para todo el mundo. Va siendo hora de superar la política extrema de ratios aplicada por el Departamento de Educación, bajar las ratios y mantenerlas en el tiempo, más con la bajada de natalidad. ELA apuesta por reservar un mínimo de 3 plazas, y no solo 2 como se ha anunciado, por cada una de las unidades o aulas de 25 alumnos/as que existen en ambas redes pública y concertada, no sólo en el período de prematrícula y matrícula, como se anuncia, sino también a lo largo de todo el curso, para dar cabida al alumnado sobrevenido, en vez de plantear de entrada un aumento del 10% de la ratio para estas situaciones.

 

  • El desmantelamiento del PAI (Programa de Aprendizaje de asignaturas en Inglés), tan cuestionado en todo el Estado, va a ser una necesidad si queremos acabar con la segregación que conlleva, y que en este proceso han reconocido hasta los técnicos del departamento, pues para 3º-4º de primaria ya hay una parte significativa del alumnado que no sigue el ritmo.

 

  • La oficialidad del euskera en toda Navarra ayudaría a que este idioma propio contribuyera a una mayor cohesión social y no a la segregación, como siempre han pretendido sus enemigos. Esto nos igualaría al resto de CCAA que tienen lengua propia y conllevaría la desaparición del modelo en castellano (G). El alumnado elegiría entre el Modelo D de inmersión en euskera (también área de castellano), la mejor opción para el sindicato ELA, o el Modelo A, con castellano como lengua vehicular y aprendizaje de euskera; además del aprendizaje para todos/as de una o dos lenguas extranjeras. Eso haría que cada vez más familias, incluso de origen extranjero, eligieran el modelo D, o incluso que fuera posible transitar de uno a otro modelo sin tanta dificultad, aumentando donde se precise el residual porcentaje que siempre ha tenido el Modelo B, con ambas lenguas prop¡as como vehiculares.

 

  • El liderazgo de la administración pública debe ser claro, planificando, asignando plazas en todos los centros y niveles (no solo en 3 años), profundizando en el baremo más justo que se pueda, garantizando una oficina única telemática de matrícula y una comisión liderada por la inspección educativa, con el objetivo de la mayor justicia y equidad.

 

ELA concibe este proceso como una etapa indispensable hacia el establecimiento de un sistema educativo propio, lo más parecido posible al de la media de los países europeos.