Es una irresponsabilidad tener superávit cuando hay necesidades sociales sin cubrir
El Gobierno de Navarra ha anunciado que ha cerrado las cuentas de 2019 con un superávit de 101 millones de euros. Ha esto se añade que en 2018 el superávit fue de 116 millones de euros y en 2017 de 241 millones de euros.
Terminar el año con superávit en un contexto donde hay necesidades sociales sin cubrir, y recortes sin revertir es una irresponsabilidad en términos sociales. Esto supone dejar dinero sin gastar cuando hay 103.000 personas en exclusión social y muchas familias sin que tengan garantizada una vivienda.
El superávit supone dar prioridad a los intereses de las entidades financieras por delante de los intereses de la mayoría de la gente. Muestra de ello es que 128 millones de euros de 2017 se utilizasen para amortizar deuda anticipadamente en 2018, tal y como constata la Cámara de Comptos, y que el superávit de 2018 también se haya utilizado para amortizar deuda, tal y como reconoce la propia Consejera de Hacienda.
Ahora, el Gobierno de Navarra ha dicho que queda “a la espera para conocer las normas que dictaminen en el Estado” para saber si este superávit “se puede traducir en nuevas inversiones”. Es muy grave que el autogobierno de Navarra queda por detrás de lo que decida el Gobierno del PSOE (en este caso) desde Madrid. Se están limitando las capacidades de decisión de la Administración de Navarra.
Es una cuestión política, y quien sea contrario a la misma está en la obligación de confrontarla. Por eso no es aceptable para ELA lo sucedido en el Congreso, donde se han aprobado los objetivos de estabilidad presupuestaria (2020-2023) con el voto a favor de PNV y Unidas Podemos y la abstención de EH Bildu.
ELA considera que para llevar a cabo políticas presupuestarias progresistas e impedir que los presupuestos de las instituciones se decidan en Madrid es indispensable derogar la Ley de Estabilidad Presupuestaria, cuestión que debería ser prioritaria para cualquier fuerza soberanista y/o progresista.