“En 1994 fue posible; ahora también tiene que ser serlo” #Landeia

27/11/2018
ELA se ha reunido recientemente en Madrid con diferentes partidos con representación en el Congreso para abordar la estatalización de la negociación colectiva y una futura reforma laboral. El Landeia 230 recoge este reportaje sobre el tema.

Adolfo Muñoz Txiki, secretario general, Pello Igeregi, responsable de negociación colectiva, y Amaia Aierbe, responsable de los servicios jurídicos, estuvieron el 18 de octubre en Madrid para tratar con diferentes partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados las propuestas de ELA ante una posible reforma laboral, tomando como eje nuestra lucha en contra de la Estatalización de la negociación colectiva. La representación de ELA se reunió con PSOE, Unidos Podemos, EH Bildu, PdCAT y ERC. A día de hoy –este Landeia se cerró el 18 de octubre– no ha sido posible concretar una reunión con el PNV. Por otra parte, ELA tiene previsto reunirse con la Ministra de Trabajo Magdalena Valerio para tratar, entre otros temas, la estatalización de la negociación colectiva.  Amaia Aierbe destaca la importancia que tiene la lucha contra la estatalización y el trabajo que está haciendo ELA.

-Hemos estado en Madrid abordando la estatalización de la negociación colectiva. ¿Qué valoración haces?

-Ninguno de los grupos parlamentarios con los que nos reunimos negó el derecho de ELA a defender la negociación colectiva en el ámbito vasco. En este sentido, las próximas semanas seguiremos manteniendo contactos con los grupos políticos para lograr ese reconocimiento.

-¿Se puede esperar algo del Gobierno de Pedro Sánchez?

-No pensamos que el cambio de Gobierno vaya a suponer una alternativa sustancial a las políticas que llevaba a cabo el Partido Popular. No tenemos grandes esperanzas. En todo caso, probablemente se ponga sobre la mesa la opción de realizar reformas cosméticas de algunas de las leyes más polémicas del anterior Gobierno. Dentro de estas opciones de reforma se encuentra la última reforma laboral de 2012. Sin embargo, el punto de partida para esta posible reforma del Estatuto de los Trabajadores es muy preocupante.

-¿Por qué?

-El Gobierno ha ofrecido capacidad de veto a la patronal al imponer el consenso entre agentes como requisito de la reforma. Darle esta capacidad de bloqueo a la CEOE es muy grave. Las últimas reformas le han dado todo lo que quería a la patronal sin necesidad de un acuerdo social, por lo que volver a otorgarle capacidad de veto supone perpetuar un andamiaje legal totalmente escorado en favor de los intereses empresariales. La propia ministra Magdalena Valerio ha afirmado que la reforma laboral solo se retocará, en lugar de derogarla, como habían prometido cuando estaban en la oposición. Y también ha afirmado que la ley debe modificarse “sí o sí con las organizaciones empresariales”.

-El Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva firmado en julio por CCOO y UGT con la CEOE y CEPYME no contempla ninguna modificación en la estatalización de la negociación colectiva...

-Ese acuerdo marca el terreno a la discusión. Pretenden circunscribir la discusión a la ultraactividad –siempre que la patronal siga teniendo voluntad de negociar– y a una regulación diferente de la subcontratación, parece ser que otorgando prioridad aplicativa al convenio sectorial. El resto de problemas generados por las últimas reformas laborales (inaplicación, modificaciones sustanciales, derechos individuales de trabajadores...) no se contemplan. Evidentemente, tampoco se contempla la estatalización de la negociación colectiva, puesto que ha sido impulsada por los diferentes agentes sociales estatales.

En este contexto, todo hace indicar que la futura modificación del Estatuto de los Trabajadores será parcial. Cualquier cambio se está centrando en la última reforma de 2012, pero para ELA es imprescindible discutir el conjunto del Estatuto de los Trabajadores, incluyendo las reformas legales introducidas en 2010 y 2011, que tenían por objeto devaluar las condiciones de trabajo.

Parte de esta estrategia de devaluación salarial fue quitar la prevalencia a los convenios provinciales sectoriales y facilitar el proceso de estatalización de la negociación colectiva. Plantear la prioridad del convenio sectorial sin discutir la capacidad de descuelgue en las empresas o la referencialidad de los convenios estatales miserables, supondría mantener la estrategia de la devaluación salarial.

-¿Está el Gobierno dispuesto a dar pasos en la dirección que ELA defiende?

-El PSOE utiliza su minoría parlamentaria como argumento para no derogar completamente la Reforma Laboral de 2012. Dicho esto, el panorama puede resultar interesante, ya que, ante la probable posición contraria a la reforma de Ciudadanos y PP, los votos de PNV, Bildu, el nacionalismo catalán o Unidos Podemos serán fundamentales para aprobar cualquier cambio.

Esta situación abre una ventana de oportunidad para abordar la estatalización de la negociación colectiva.

-¿Qué debería recoger una reforma laboral en esta coyuntura?

-La apertura de discusión de una reforma laboral debe ser una oportunidad para abordar el conjunto de materias regresivas aprobadas. Aspiramos a derogar las tres últimas reformas laborales, pero, en todo caso, no entenderíamos el voto favorable de ningún partido progresista o abertzale a un texto que no recoja la modificación de los artículos 83 y 84 para posibilitar la autonomía colectiva y que cada ámbito de negociación posibilite el resto de ámbitos de negociación, estableciendo mínimos que posteriormente puedan desarrollarse y mejorarse en ámbitos sucesivamente más cercanos. No aceptamos que la negociación colectiva pueda agotarse en un convenio estatal y que limite las opciones de mejorar las condiciones de trabajo en ámbitos más cercanos.

-¿Ves posible conseguir nuestro objetivo?

-En 1994, cuando se planteó la primera reforma del Estatuto de los Trabajadores, los agentes sociales estatales vieron la oportunidad de reforzar el monopolio representativo que gozaban. Sin embargo, como el PSOE había perdido la mayoría absoluta, necesitaba el voto de los partidos vascos para aprobar cualquier modificación. En 1994 ELA valoró muy positivamente la actuación del PNV en Madrid para que la negociación colectiva vasca tuviera reconocida la prioridad aplicativa respecto a la que se establece en el Estado. En aquel momento, el trabajo sindical de ELA y la movilización social dio sus frutos. Si hace 24 años fue posible, ahora también tiene que serlo.