El límite anunciado por la Comisión Europea para el aumento del presupuesto de 2024 al 2,6% supone volver a las políticas de austeridad

Después de cuatro años en los que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha estado en suspenso para hacer frente a la crisis del COVID-19, la UE ha decidido volver a la disciplina fiscal para el año 2024. En el informe Estudios 47, ELA realizó un análisis crítico de la reforma de las reglas fiscales que la UE había acordado y advirtió que el año que viene volverán las políticas de austeridad a HEH.

Ayer la Comisión presentó las recomendaciones específicas por país dentro del marco del Semestre Europeo, y ha pedido a los países con alta ratio de deuda pública que mantengan una política fiscal prudente, limitando el gasto público para 2024. Uno de esos países es el Estado español. En ese sentido, la Comisión le ha puesto un tope de subida del gasto público del 2,6%, para poder reducir así su déficit público por debajo del 3% (tal como establecen las reglas fiscales). Además de limitar el gasto, los estados miembros están obligados a realizar inversiones que para la UE son prioritarias, tales como la denominada transición ecológica, digital (nombre que esconde un importante trasvase de fondos públicos a las empresas transnacionales) y gasto militar. Esto supone que la regla de gasto provocará importantes recortes en el gasto social.

También se deberán eliminar todas las ayudas puestas en marcha en materia energética para hacer frente a la alta inflación antes de que termine este año, y destinar ese ahorro a disminuir el déficit. Se estima que retirando las ayudas podría reducirse un 0,6% del PIB. Finalmente, la Comisión ha pedido que se acelere la implantación de los fondos Next Generation, fondos que venían a transformar el modelo productivo, pero que a la vista está que no están consiguiendo los objetivos iniciales.

Como pudimos ver en el informe mencionado, las decisiones que toma Bruselas tienen una incidencia directa en HEH. La limitación del gasto del 2,6% impuesta por la Comisión limita, a su vez, el gasto de todas las administraciones públicas. Por tanto, los presupuestos de la CAPV y de Navarra para 2024 se van a ver condicionados por las recomendaciones que ayer presentó la Comisión. Se impondrá una regla de gasto que no se podrá superar y se priorizaran inversiones en transición verde y digital en detrimento de inversiones en sanidad, educación o prestaciones sociales. Es decir, se impondrán recortes en estas materias.

En una coyuntura en el que la subida de tipos de interés esta ahogando a la clase trabajadora, es una muy mala noticia que la UE vuelva a imponer la disciplina fiscal y los recortes, sin plantear siquiera una reforma fiscal progresiva que aumente los ingresos públicos y garantice unos servicios públicos de calidad.