El nuevo acuerdo del SMI establece una subida demasiado escasa

17/09/2021
Subir el salario mínimo en 15 euros está muy lejos de lo prometido por PSOE y Unidas Podemos en el acuerdo de 2019, en el cual se comprometían a llegar a 1.000 euros en 2020 y aún más lejos de la demanda de la huelga general del 30 de enero del año pasado, que se exigía un salario mínimo de 1.200 euros.

Recordemos que la subida del salario mínimo interprofesional quedó congelada este año y el nuevo acuerdo tan solo supone una subida del 1,6%. Esto ocurre en un contexto en el que la inflación marca máximos, el IPC interanual de agosto se situó en el 3,3%; es decir, sobrepasó la barrera del 2% por cuarto mes consecutivo. Por tanto, la subida del SMI es muy inferior a la inflación, de modo que la pérdida de poder adquisitivo se va notando cada vez más en los bolsillos de la clase trabajadora.

Otra de las cuestiones a recalcar es que una vez más se desmuestra que el diálogo social y los sindicatos que forman parte de él, no sirven para mejorar realmente las condiciones materiales de la clase trabajadora. El diálogo social, tanto en HEH como en el Estado español, es un instrumento que se viene utilizando para recortar los derechos laborales y sociales (como en los acuerdos para recortar las pensiones) o, como en este caso, para poner trabas a los necesarios avances laborales y sociales. Cuando la subida supone pérdida de poder adquisitivo la sensación que se quiere transmitir es de gran avance social, solo porque la patronal no ha firmado. Esta vez, la patronal desde un inicio mostró la negativa a la subida del SMI arguyendo que iba a destruir empleo; sin embargo, lo ocurrido en 2019 demuestra que subir el SMI no perjudica al empleo; sino todo lo contrario, y además tiene efectos positivos en la recaudación de las Haciendas y la Seguridad Social.

Cabe añadir que la decisión sobre el salario mínimo se ha tomado sin dar ninguna participación formal al sindicalismo vasco o galego, lo cual supone incluso un retroceso respecto a ejecutivos anteriores.

Así pues, la escasa subida aprobada en Madrid nos da la razón cuando decimos que sin presión y movilización social no se va a conseguir nada. Por ello, ELA va a continuar luchando y movilizándose para mejorar sustancialmente el salario mínimo en nuestro territorio.