ELA critica que la nueva Ley Foral de vivienda no sirve para garantizar el derecho subjetivo
El Parlamento de Navarra aprobó en julio la Ley Foral 20/2022 para el fomento de un parque de vivienda protegida y asequible en Navarra con el voto favorable del PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra y con la abstención de Eh Bildu. El objetivo de esta Ley Foral es generar vivienda protegida suficiente y asequible para compensar las disfunciones que se están agravando en el mercado libre, sobre todo en el régimen de arrendamiento.
La raíz del problema de la vivienda es que, aunque sea un derecho universal, desde hace décadas ha sido concebida como un bien con el que especular y sacar rendimiento económico. Es por ello que la mayor parte del parque de viviendas lo es en régimen de compra-venta, siendo el alquiler muy reducido.
ELA cree que mediante las políticas se debería fomentar un cambio de modelo y garantizar que todas las personas tengan acceso a una vivienda digna. Esta nueva Ley Foral es otra oportunidad perdida en este aspecto, al igual que la legislación aprobada en Navarra desde 2010.
En definitiva, el sindicato opina que falta de ambición para mejorar la situación de la vivienda. Han sido necesarias décadas para que las viviendas protegidas en Navarra tengan un carácter indefinido. Esto ha provocado la privatización de más de la mitad de viviendas públicas, lo que es un despilfarro de una gran cantidad de recursos públicos. Con todo, se sigue poniendo fecha de caducidad a las viviendas de alquiler social.
Tampoco se espera que la limitación de los alquileres en las zonas tensionadas vaya a tener un gran impacto. Estas medidas solo van a afectar a unos pocas viviendas en comparación con el parque de alquiler y en ningún caso se habla de una disminución del precio de la vivienda, si no de un mantenimiento de unos precios que están en máximos históricos. En cuanto al alquiler asequible, todo dependerá de la voluntad de la administración de turno, ya que será la encargada de establecer si se aplica o no. Si a la poca ambición de la ley se le suma una escasa dotación presupuestaria, los problemas estructurales en vivienda van a permanecer.
ELA vuelve a reiterar sus propuestas, que pasan por garantizar el derecho subjetivo a la vivienda mediante el fomento del alquiler social, la paralización de los desahucios, la limitación del precio del alquiler y de las viviendas de uso turístico, entre otras cuestiones.