ELA denuncia a URGATZI por abusos y persecución sindical en Ayuda a Domicilio

17/01/2017
ELA constata irregularidades en al menos 20 municipios de Bizkaia y requiere a Inspección de Trabajo para que actúe. Apoya además esta denuncia con una concentración realizada esta mañana en Bilbao.

A Urgatzi, uno de los mayores monopolios del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Bizkaia, le sobra ELA. No le gustan los sindicatos que controlan que no se cometan irregularidades y los prefiere más dóciles y complacientes. Por eso, adopta de forma sistemática y habitual, medidas irregulares en materia de contratación, sustitución de vacantes, aplicación del Convenio, etc. en perjuicio de las delegadas y militantes de ELA. Esta actitud se manifiesta en al menos 20 municipios de Bizkaia, entre los cuales se encuentran Getxo, Santurtzi y la Mancomunidad de Busturialdea. Ha sido denunciada ya judicialmente por el sindicato y hoy ha sido, además, contestada en la calle. Tres casos ejemplifican las irregularidades de Urgatzi en esta materia:

  • En Getxo, donde el Comité de Empresa está compuesto por 3 representantes de CCOO y 2 de ELA, la presidenta del Comité se niega a realizar las reuniones establecidas en el Art. 66 del Estatuto de los Trabajadores (ET), cuando así lo solicitan las delegadas de ELA. La empresa, por su parte, niega reuniones e información a la sección sindical de ELA y ha liberado a la presidenta del Comité a jornada completa, alegando que han acumulado horas sindicales de otras delegadas de CCOO de otros municipios; municipios éstos que tienen su propio proceso electoral -en algún caso ni eso- y que en ningún caso superan las horas necesarias para la completa liberación de una persona. Con esta actitud, la empresa pretende favorecer a una parte determinada del Comité, en perjuicio de ELA.

  • En Santurtzi, la empresa no está cumpliendo con el derecho preferente de ingreso de una trabajadora y delegada de ELA que, habiendo disfrutado de una excedencia, se encuentra parada. La empresa alega no disponer de puesto alguno, pero está realizando varios contratos laborales. Intenta así perjudicar de manera intencionada a una delegada de ELA, para evitar que pueda desarrollar su actividad como representante de las trabajadoras.

  • En la Mancomunidad de Busturialdea, una trabajadora reconocida como indefinida en virtud de una resolución de Inspección de Trabajo, previa denuncia de ELA, fue inicialmente dada de baja. Tras ser requerida nuevamente por Inspección de Trabajo, la empresa le dio de alta de nuevo, alegando que había sido un error administrativo, pero redujo su jornada del 83,33% al 16,66%, lo que da para trabajar ½ hora a la mañana y ½ por la tarde. ELA respondió con una nueva demanda y en sede judicial, la trabajadora se enteró de que hacía un mes que la empresa le había ampliado la jornada al 50%, sin ella haber firmado nada. Durante el periodo 2014-2016, la trabajadora y delegada de ELA desde 2013, ha solicitado reiteradamente un aumento de jornada, en vista de la numerosa contratación temporal que viene realizando Urgatzi en la zona, pero sus solicitudes han sido desestimadas siempre. En julio de 2015, la responsable del SAD de Urgatzi, Cristina Marañón, reconocía que el único motivo para no ampliarle la jornada es “porque es delegada y coge horas sindicales y si le aumento la jornada todavía cogerá más”.

Por todo ello, desde ELA denuncian que “Urgatzi está actuando de forma sistemática e irregular contra las delegadas y afiliadas de ELA, atentando contra su libertad sindical y pretendiendo coartar su labor. Dicha actitud viene motivada por su labor en defensa de los derechos de las trabajadoras del SAD, y pretende vulnerar su derecho a la libertad sindical”.

Protesta en Bilbao

Más allá de por la vía judicial, la persecución sindical a la que están siendo sometidas las delegadas y militantes de ELA ha sido contestada hoy en la calle, a través de una concentración realizada esta mañana en Bilbao. El acto ha arrancado a las 11.30 horas y ha servido también para denunciar la mercantilización y el declive de un servicio reconocido ya por las instituciones como un derecho subjetivo de toda la ciudadanía. Y es que mientras el sector se deshace y las trabajadoras ven empeoradas sus condiciones, las empresas y las instituciones miran para otro lado.