ELA denuncia el riesgo que sufren residentes y plantilla de la residencia Fundación Miranda de Barakaldo

26/08/2020
Las 180 personas internas soportan la presencia de insectos, aseos compartidos, una gerocultora para 20 residentes, días sin personal de enfermería, habitaciones sin limpiar durante días o medicación no ajustada al horario

La calidad asistencia del centro residencial Fundación Miranda no ha hecho más que empeorar desde el inicio de la pandemia, y trabajadoras sin protección ni medios intentan atender a las personas residentes, el colectivo más vulnerable en esta situación.

En los últimos meses se ha recortado personal de tal manera que si normalmente en el turno de mañana había tres gerocultoras para levantar, asear y cuidar a 20 ancianos/as, en este momento hay una trabajadora para esas funciones, siendo imposible hacerlo con garantías; más si cabe cuando existen casos de COVID en el centro y se debieran establecer protocolos más estrictos. La limpieza de las habitaciones se hace cada 6 días, limitándose a hacer las camas el resto de días. Es algo habitual no poder acostar a los ancianos en los horarios pautados, y se repiten e incrementa la situación de levantar al anciano cerca de las 13 horas, sin desayunar, sin haberle dado la medicación en tiempo y forma, y llevándole directamente a comer.

Las trabajadoras en estos meses han tenido que recurrir a la inspección de trabajo para que con cuentagotas les proporcionen los EPIs, pero en la últimas semanas nuevamente se ha repetido esta falta de medios, obligando a las trabajadoras a llevarse su material propio.

La dirección de la empresa no facilita información y da prioridad a la situación económica antes que a prestar la atención necesaria, llevando al extremo de poner en riesgo la salud de los usuarios y a quienes trabajan en la residencia. Por todo ello, ELA exige a la empresa y a la Diputación Foral de Bizkaia, que tiene concertada camas en esta residencia, que establezcan un protocolo claro para evitar contagios, se amplie el personal para atender de una manera digna a los residentes, y se dote al personal de los equipos, medios humanos y materiales para poder atender las necesidades básicas. En el caso de que estas medidas no se tomen de forma inminente, ELA realizará cuantas acciones considere para garantizar la salud y la vida de residentes y trabajadoras.