ELA denuncia la privatización de servicios en el Hospital de Urduliz

ELA ha mostrado en el tiempo mucha preocupación por la privatización de servicios públicos y las consecuencias sociales perniciosas de dichas privatizaciones. El ansia por el beneficio económico suele colocar la calidad del servicio en un segundo lugar y, normalmente, se realiza a costa de las condiciones de trabajo de las personas subcontratadas.

No es verdad que el servicio subcontratado sea más barato y más eficaz. El gasto medio por trabajador o trabajadora de la empresa privada contratada por el Hospital de Cruces es de 39.177,40 euros anuales y debemos tener en cuenta, además, que hay trabajadoras que trabajan a tiempo parcial. Las personas que trabajan en la limpieza subcontratada por Osakidetza, consecuencia de su lucha, tienen sus condiciones de trabajo homologadas a las del personal propio, por lo que el gasto por trabajadora es igual al del gasto en personal de Osakidetza.

Sin embargo, el coste medio de una limpiadora de Osakidetza ronda los 32.991,27 euros al año para una trabajadora a jornada completa, con seis trienios, cobrando el complemento de hospitalización, el de jornada partida, nocturnidad y con un nivel de carrera profesional 2. Incluyendo el gasto de material que debe asumir la empresa, el sobrecoste aproximado es de 5.000 euros entre el gasto de una limpiadora de una empresa subcontratada respecto a una persona contratada directamente por Osakidetza.

Solo en el Hospital de Cruces esta situación genera un sobrecoste de 1.515.000 euros, que se destina a la empresa adjudicataria del servicio. La empresa adjudicataria de la limpieza del Hospital de Cruces es Garbialdi, una empresa administrada por Josu Olazaran Sagarduy, antiguo miembro del Euzkadi Buru Batzar del PNV. Según los datos aportados a la Comisión de Salud del Parlamento vasco esta empresa tiene adjudicados servicios por un valor superior a los 25 millones de euros anuales.

De cara a la apertura del Hospital de Urduliz el conjunto de sindicatos hemos exigido que se gestione completamente por Osakidetza, sin embargo, Osakidetza no aclara la forma que tomará su gestión definitiva. En realidad, tienen claro que pretenden privatizar el servicio de limpieza y el mantenimiento, pero no abordan la discusión públicamente con la intención de actuar sobre hechos consumados y que no se muestre el malestar de la plantilla de Osakidetza.

ELA ha exigido repetidamente a Osakidetza que elabore un Informe que justifique la gestión privada de la limpieza o el mantenimiento, pero Osakidetza se ha negado a este mínimo ejercicio de transparencia.

Debemos recordar que siguen en vigor el Acuerdo de Mesa General y el Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo de Osakidetza, y prohíben expresamente la externalización de nuevos servicios. ¿Incumplirá Osakidetza nuevamente sus propios acuerdos?

Por último, ELA quiere reiterar sus peticiones. Osakidetza debe cumplir sus propios acuerdos y, en consecuencia, el Hospital de Urduliz debe tener una gestión totalmente pública. Osakidetza debe priorizar sus acuerdos y las necesidades sociales sobre otro tipo de beneficiarios