ELA denuncia que la Salud Mental de Gipuzkoa está en manos de empresas privadas

02/06/2022
El 85% del personal del sector se encuentran en la empresa privada, la mayoría de ellos en Aita Menni de Arrasate. Gipuzkoa es el único territorio de la CAPV que carece de hospital público de Salud Mental. Estos son algunos de los datos que ELA recoge en el informe que ha presentado hoy.

La salud mental se ha convertido en un negocio en Gipuzkoa. Así lo demuestra el informe elaborado por ELA. Y es que Osakidetza tiene conciertos con las empresas privadas Aita Menni, Hospital San Juan de Dios, Domusvi-Sanatorio Usurbil... Cabe destacar que el 54% del personal de la red de Gipuzkoa está en manos de Aita Menni. En consecuencia, Gipuzkoa es el único territorio que carece de hospitales públicos de salud mental de la CAPV para estancias de media y larga duración.

Por si fuera poco, en la última década el presupuesto es cada vez más reducido. Osakidetza ha reducido su inversión en este ámbito en un 10%, por lo que faltan profesionales e inversión. El servicio de salud mental de Gipuzkoa se compone del servicio de atención primaria que presta Osakidetza y de los hospitales de media y larga estancia que está privatizados. Esto explica que Gipuzkoa sólo cuente con la mitad del presupuesto de Araba y el 15% del de Bizkaia. Por tanto, son los hospitales privatizados y en manos de multinacionales los que ofrecen un servicio de hospitalización ligado a la salud mental, fuera del control público.

En total, en la red de Salud Mental de la CAPV hay un presupuesto de 111 millones de euros y el territorio que menos presupuesta es Gipuzkoa, con 11 millones de euros. No hay hospitales públicos de Salud Mental y hay 166 empleados públicos.

En comparación con el resto de territorios, Bizkaia es el que tiene la mayor red pública, con un presupuesto de 74 millones de euros, 3 hospitales públicos (342 camas) y un total de 952 trabajadores/as. La red alavesa está compuesta por una plantilla de 384 personas, un hospital público con 175 camas y un presupuesto de 26 millones de euros.


Todo ello ha supuesto un empeoramiento de las condiciones laborales, agravado aún más por la pandemia. Las condiciones del personal del Aita Menni es un ejemplo de ello. Por ejemplo, entre las patologías de los y las pacientes ingresados del hospital de Arrasate se encuentran principalmente las relacionadas con esquizofrenia, psicosis y consumos y adicciones. Pues bien, en este servicio tan básico, las condiciones laborales han empeorado en los últimos años, y aunque la plantilla vive hoy su 31ª jornada de huelga, la empresa no tiene ninguna voluntad de mejorar el convenio.

Sin embargo, el balance económico de Aita Menni demuestra, tras ser analizado por ELA, que la situación financiera es impecable: ha realizado inversiones de 20 millones entre 2017 y 2020 y ha presentado públicamente un plan para incrementar las inversiones, elevándolas a 30 millones de euros. En el caso del grupo Domus VI, obtuvo unos beneficios brutos de 22,3 millones en 2018.

Teniendo en cuenta que se trata de pacientes con especial necesidad y atención, el personal se ve obligado a vivir situaciones duras. Según ha comprobado ELA, en una unidad de larga estancia del Hospital, un paciente comenzó a tirar sillas a las auxiliares de enfermería hace un año. En ese momento, había tres trabajadores en la unidad y para hacer frente a esta situación se necesitaron 17 profesionales (los protocolos dicen que se necesitan al menos 5 personas para responder a estas situaciones).

Los golpes y las agresiones físicas son muy frecuentes en estos centros. El personal pone en peligro su salud frecuentemente y la empresa en lugar de garantizar la seguridad laboral ha aumentado las cargas de trabajo y aplicado más restricciones.

Recursos y condiciones

El informe sobre la situación en Salud Mental (2020) señala que se necesitarán más inversiones y dotaciones de recursos para atender todas las necesidades sanitarias futuras, lo que implica aumentar la ratio de profesionales especialistas en salud mental en las ramas de psiquiatría, psicología y enfermería si se quiere prestar un servicio digno.

La Organización Mundial de la Salud afirma que la salud mental será la primera enfermedad del mundo en 2030 y que sólo el 2% de los recursos se destinan a ello. A nivel estatal hay seis profesionales de psicología por cada 100.000 habitantes, tres menos que la media de la Unión Europea y sólo el 60% de los hospitales públicos tiene atención psicológica.

Cada vez son más las asociaciones de agentes sociales, políticos y familiares que demandan más inversión y recursos en el ámbito de la Salud Mental. La pandemia ha provocado un fuerte aumento de las enfermedades mentales. El año pasado, los suicidios aumentaron un 27% y las consultas de salud mental un 13%. Pero como decíamos anteriormente, en los últimos diez años el presupuesto destinado por Osakidetza a Salud Mental se ha reducido en un 10%.

En el hospital Aita Menni se ve claramente el problema de la falta de personal. Por ejemplo, en la Unidad Psicogeriátrica hay 44 usuarios totalmente dependientes (en silla de ruedas y que necesitan ayuda para comer). En el turno de tarde sólo hay 3 auxiliares de enfermería y sólo hay una enfermera cuidando de esta unidad y de otras dos.

Una vez analizado todo esto, ELA solicita al resto de instituciones que gestionan el Departamento de Salud, la Diputación Foral de Gipuzkoa y los servicios de Salud Mental:

- Reforzar la red de Salud Mental e incrementar los presupuestos, priorizando las enfermedades mentales y estableciendo recursos para dar respuesta a las situaciones derivadas de la pandemia.

- Que las empresas privadas dejen de hacer negocio con servicios públicos que son de todos y publifiquen los hospitales privatizados de Salud Mental garantizando la subrogación del personal que hoy se encuentra en ellos.

- Hacerse cargo de los centros donde hoy prestan servicio las empresas privadas, y especialmente después de 31 días de huelga, intervenir en el conflicto laboral de Aita Menni en Arrasate, impulsando las condiciones laborales de sus trabajadores hacia una homologación de las condiciones laborales de Osakidetza.

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