Navarra - 10 años sin UPN

ELA hace balance tras 10 años desde la salida de UPN del Gobierno de Navarra y concluye que el cambio sigue siendo una tarea pendiente

ELA hace balance tras 10 años desde la salida de UPN del Gobierno de Navarra y concluye que el cambio sigue siendo una tarea pendiente
Desde su independencia política y económica, ELA ha tratado de analizar y evaluar durante estos diez años las políticas de los sucesivos gobiernos “del cambio”, poniendo en el centro el contenido de las mismas y no el color político de quienes las impulsaban. El hecho de que estos 10 años haya aumentado la pobreza mientras el PIB ha crecido un 41% es inaceptable para ELA y muestra que el cambio pendiente en aspectos tan importantes como el reparto de la riqueza.

El análisis de las diez materias abordadas en este estudio lleva a ELA a una conclusión principal: diez años después, el llamado “cambio político” en Navarra sigue siendo una tarea inacabada. ELA es consciente de las dificultades que implica este reto y de que no basta con la acción institucional. Para que el cambio se materialice, resulta imprescindible la presión y la organización desde abajo: desde la sociedad civil, desde los movimientos sociales y desde los sindicatos. Solo así será posible empujar un proceso de transformación real.

Pero la realidad muestra que, en ámbitos fundamentales como la fiscalidad, el cambio ni siquiera se ha iniciado. En la última década ha aumentado la desigualdad y el número de personas en riesgo de pobreza (del 13,9% al 18,3%) mientras el PIB ha crecido un 41,5%, la vivienda sigue siendo inaccesible para gran parte de la sociedad (el precio de la vivienda de alquiler ha subido un 60%), se ha dejado la política de salud laboral en manos del diálogo social y Navarra es la comunidad donde más muertes por accidente laboral hay, la inversión en salud y educación es 900 millones inferior a la media europea, la política lingüistica sigue sin normalizar el uso del euskera, hasta el punto que idiomas extranjeros puntuen en determinadas oposiciones y el euskera no, y ha aumentado la emisión de gases de efecto invernadero.

Este balance crítico no significa ignorar los avances conseguidos en algunos ámbitos, como la memoria democrática, el reconocimiento de las víctimas de tortura, la implantación del programa Skolae o la aceptación de una mayor pluralidad cultural y política. ELA ha valorado positivamente estos pasos, pero siempre poniéndolos en perspectiva dentro de la gestión global de las políticas de la última década. Por ello, no podemos compartir discursos complacientes que relativicen la magnitud de las tareas pendientes.

El documento de ELA analiza diez materias: normalización democrática, estatus político de Navarra, euskara, economía, servicios públicos, diálogo social, siniestralidad laboral, políticas de género, modelo policial y medio ambiente. El balance se centra en el contenido de las políticas y no en el color político de quienes las han impulsado. Todo esto, teniendo presente que hasta 2015, Navarra estuvo marcada por lo que se denominó “Régimen” o “Corralito Foral”, integrado por UPN, PSN, la patronal, UGT, CCOO y el Opus Dei. Este bloque impuso una visión única de Navarra, generando exclusión y hostigamiento hacia sectores populares y abertzales, favoreciendo con dinero público a élites económicas y políticas, aplicando recortes sociales y desmantelando la CAN. La crisis de 2008 intensificó los recortes y los casos de corrupción, lo que impulsó la organización social y sindical. Ese ciclo de luchas se expresó en numerosas movilizaciones y en seis huelgas generales (2009-2013) que contribuyeron a desalojar a UPN del poder.

Para ELA, impulsar cambios estructurales que corrijan las políticas que reproducen las desigualdades sociales, favorecen a sectores privilegiados o impiden la normalización del euskara exige partir de un análisis crítico. Ese ha sido precisamente el objetivo de este documento.

ELA asume el compromiso de seguir trabajando con independencia política y económica, impulsando alianzas con otras organizaciones sociales y sindicales, para que el cambio no se limite a una alternancia en el gobierno, sino que se traduzca efectivamente en una Navarra más solidaria, más euskaldun y más igualitaria.

Aquí el documento completo