ELA impugna el convenio colectivo estatal de Restauración Colectiva
El convenio impugnado supone un claro ejemplo de las nefastas consecuencias que conlleva la estatalización: impide la negociación colectiva en la CAPV y Navarra a los sindicatos más representativos en dicho ámbito y empobrece de manera radical las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras. En este sentido, sirve como ejemplo la situación de Bizkaia, donde la aplicación del convenio estatal supone para las trabajadoras de colectividades una pérdida salarial del 50% y un incremento de jornada de 50 horas con respecto a las condiciones recogidas en el Convenio de Hostelería de Bizkaia que se les aplica en la actualidad.
ELA reitera que la estatalización de la negociación colectiva se utiliza para empobrecer las condiciones de trabajo. Por ello, como ya anunció, está poniendo en marcha todas aquellas acciones que considera oportunas, incluida la de los Tribunales, para parar esta estrategia en la que confluyen los intereses de la patronal, CCOO y UGT. ELA ha llamado también la atención sobre el comportamiento del Gobierno de Gasteiz, que se vale de estos malos convenios para, empeorando las condiciones de trabajo en ámbitos de su responsabilidad, realizar ajustes presupuestarios.
ELA denuncia el uso que CCOO y UGT y la patronal están haciendo de la reforma de Zapatero con el objetivo de impedir que las mayorías sindicales vascas -las que sean- puedan decidir dónde y qué quieren negociar. Optar por la estatalización negando el derecho a la negociación colectiva en ámbitos distintos facilita a la patronal la imposición de convenios muy malos y supone, de consolidarse una condena a la precariedad para los trabajadores y trabajadoras. Esta opción de CCOO y UGT se corresponde con la defendida por el propio Banco de España, que ha defendido que solo queden dos ámbitos de negociación, el sectorial estatal para dar unidad al mercado español y el de empresa, para conceder en ese ámbito toda la flexibilidad que las empresas reclamen.
Asimismo, ELA ha trasladado a todo el ámbito político vasco que, sin instrumentos válidos que ayuden a la distribución de la riqueza, el autogobierno vasco está vacío de contenido: no hay autogobierno sin derecho a la negociación colectiva; no hay autogobierno anulando la eficacia de los convenios que ayudan a dignificar el trabajo y distribuir la riqueza de forma más justa.