ELA insta a aprovechar la oportunidad histórica para emprender el profundo cambio social y político que Navarra necesita
ELA quiere hacer público su deseo de que el nuevo escenario surgido tras las elecciones del 24 de mayo se traduzca en una fase de profundo cambio político y social en Navarra. ELA considera que estamos ante una oportunidad histórica para poner fin a las políticas que han apostado por los recortes, el despilfarro, el clientelismo y el ataque a la realidad vasca de Navarra.
Este sindicato cree que la primera lectura política que debe extraerse es el fracaso de un modelo político, el de UPN-PP y también del PSN, en el que la política (fiscalidad, presupuestos...) ha estado a disposición de los intereses de las élites (económicas, empresariales, religiosas, etcétera), en claro perjuicio del conjunto de la ciudadanía navarra.
No puede pasar inadvertido que la derrota del 24 de mayo es también la derrota del llamado diálogo social. La ciudadanía navarra ha dado la espalda a los partidos que más abiertamente han impulsado la red clientelar tejida en favor de los sindicatos UGT, CCOO y de la patronal CEN.
ELA, que remitió recientemente a los partidos políticos sus propuestas para el cambio, recuerda que el llamado cambio político y social debería traer consigo tres cosas:
1- La democratización de las estructuras políticas e institucionales, impulsando la participación y dando fin al clientelismo.
2- Una política social favorable a las clases populares, lo que supone un cambio radical de las políticas presupuestarias y fiscales.
3- El fin de una política de hostigamiento contra la realidad vasca de Navarra en todas sus expresiones (educación, medios de comunicación, lengua…).
ELA cree que ha llegado la hora decisiva para que los programas políticos tomen protagonismo. Por ello, urge a los partidos partidarios del cambio a acordar unos contenidos programáticos que permitan desde el primer momento identificar las diferencias entre el pasado régimen y la alternativa demandada por la sociedad navarra. Una política que, en definitiva, tenga como prioridad combatir la creciente desigualdad y el desempleo existente en Navarra.
En esa tarea de construir un nuevo modelo social y político es indispensable contar con todos los sectores ciudadanos con verdadera voluntad de cambio, cuestión distinta a reclamar la inclusión de las elites políticas que históricamente han vetado cualquier avance y han apuntalado el régimen con sus votos en el Parlamento y los ayuntamientos, como ha hecho repetidamente el PSN. Ahora que la mayoría social ve con alivio que ese obstáculo ha sido superado, nadie entendería el error de volver a tropezar con la misma piedra, sobre todo cuando ya no entorpece el camino hacia una Navarra más democrática e igualitaria.