ELA reivindica el derecho a votar de las personas inmigrantes

17/10/2012
Las elecciones autonómicas ponen de nuevo sobre la mesa el debate sobre la falta de derechos. En este caso, el derecho a que las personas sin nacionalidad, comunitarias y extracomunitarias no puedan votar. Una legislatura más, y no hay avances hacia el reconocimiento de este derecho. Por tanto, una vez más, la cita electoral debe servir como una nueva oportunidad para reivindicarlo.

 

Conviene tener presente dos cuestiones para comprender el por qué de esta limitación del derecho. Primero, las restricciones planteadas por la Ley de Extranjería, que impiden votar a mucha gente inmigrante, dejándolo a merced de los acuerdos con los países de origen, y segundo, la falta de voluntad política para cambiarla.

Esto convierte el derecho a votar en un privilegio al que no pueden acceder alrededor de 151.162 personas extranjeras, es decir el 7% de la población empadronada en la CAPV. Aunque estas personas vivan, trabajen y paguen impuestos en este país seguirán sin poder ejercer su derecho a decidir quien les gobierne. 

La negación de este derecho democrático a miles de personas impide que manifiesten su inconformismo ante la situación de crisis económica que se vive actualmente, y contra los recortes sociales y laborales, que afecta directamente sus vidas, al estar cayendo día tras día en la exclusión total.

Una situación que se podría transformar si tuviesen derecho al voto, aspecto decisivo en democracia. ELA cree que es necesario exigir al conjunto de instituciones y, en particular, a la clase política, que recoja entre sus demandas el derecho a votar de las personas inmigrantes. Estas vulneraciones de derechos solo ayudan a consolidar democracias imperfectas o incompletas.