La Ley de Familias presenta avances, pero la conciliación requiere una reforma laboral de calado
Dicho anteproyecto recoge tres tipos de permisos, entre otras cuestiones:
- Un permiso retribuido de 5 días para el cuidado de familiares hasta segundo grado y convivientes.
- Un permiso retribuido, por ausencia por fuerza mayor familiar que requiera atención inmediata y que será de cuatro días.
- Un permiso parental de ocho semanas, que podrán disfrutarse de forma continua o discontinua, hasta que el menor cumpla ocho años (si bien no va a ser retribuido, a pesar de que la Directiva europea así lo requiere).
ELA reconoce que estos permisos suponen avanzar en dos cuestiones; por un lado, reconocer el derecho al cuidado (hasta ahora los permisos están condicionados a la enfermedad grave y la hospitalización), y por otro, superar el modelo de familia tradicional, extendiéndose este derecho al cuidado de un conviviente, sin el requisito de que haya un lazo de parentesco (consanguinidad).
A pesar de lo anterior, ELA considera que:
- En la negociación de la reforma laboral aprobada este año se perdió una oportunidad única para avanzar en estas cuestiones.
- La forma más eficaz para conciliar es la estabilidad en el empleo mediante contratos a tiempo completo, indefinidos y la reducción de la jornada anual. La reforma laboral no dio respuesta a esto ya que los contratos a tiempo parcial han ido en aumento y no se modificó la jornada máxima anual. Además, los contratos de obra fueron sustituidos por la ampliación de los contratos fijos discontinuos.
- Con esta norma existe el riesgo de que solo las mujeres se acojan a este tipo de permisos, ya que son voluntarios, y los trabajos de cuidados sobre todo recaen sobre las mujeres. Debe haber medidas adiciones que lo eviten.
ELA lamenta que otro tipo de medidas vayan a quedar fuera de esta Ley, como la ampliación del permiso de maternidad/paternidad o la posibilidad de acumular ambas bajas en el caso de familias monomarentales/monoparentales.ELA muestra su compromiso para avanzar en conciliación y en la mejora de las condiciones de trabajo y de vida a través de la negociación colectiva y la disputa del poder a la patronal en los sectores y empresas mediante la movilización.