ZERBITZUAK

“Hemos pasado de 76 convenios sectoriales caducados o bloqueados a 18”

28/10/2025
“Hemos pasado de 76 convenios sectoriales caducados o bloqueados a 18”
Ane Alberdi, miembro de la permanente de Zerbitzuak y candidata a secretaria general de la federación

El Congreso de ELA Zerbitzuak será especial para mucha gente, pero, sobre todo, para Maricruz Elkoro y para Ane Alberdi. Maricruz Elkoro dejará su responsabilidad como secretaria general de la federación; a partir de noviembre seguirá su labor sindical en la Fundación Manu Robles-Arangiz. Por su parte, si así lo refrendan las y los congresistas, Ane Alberdi (Antzuola, 1993) será la nueva secretaria general de la federación. Alberdi, que ha sido miembro de la Permanente de Zerbitzuak estos últimos años, destaca que la federación llega fortalecida al congreso, aunque es consciente de los muchos retos que tiene por delante.

¿Cómo llega Zerbitzuak a este congreso?

Llegamos fortalecidas. Los datos así lo demuestran. Por una parte, está la afiliación. Desde el último congreso tenemos un saldo positivo de 2.513 personas nuevas afiliadas. De estas nuevas afiliadas 1.468 son mujeres, y 909 trabajadoras migradas. Este dato demuestra que la federación pone el foco en los sectores más feminizados y precarios. Los últimos años hemos trabajado intensamente esos sectores, y vemos que ha dado resultados. De hecho, en Zerbitzuak, de las 30.992 personas afiliadas el 61% son mujeres.

La mayoría de la nueva afiliación, el 60%, se concentra en cuatro sectores: oficinas y despachos, limpieza, hostelería y comercio. Estos tres últimos son los sectores en los que tenemos equipos de trabajo. Esto demuestra que en los ámbitos donde estamos organizativamente desarrolladas tenemos un sistema para trabajar la afiliación que da resultados. Ese tiene que ser el camino. Queremos llegar a los sectores más precarios, y creo que lo estamos logrando.

En elecciones sindicales el balance también es bueno. Hemos subido en este periodo intercongresual, y estamos en el 34,34% de representación en Hego Euskal Herria. Esto supone una subida de 0,73 puntos. Tenemos 329 delegadas más que en el anterior congreso. Nada de esto sería posible sin la organización. Hemos dado pasos adelante significativos a este respecto, y hoy tenemos casi 100 personas liberadas en la federación. Evidentemente, el reto es seguir fortaleciendo la organización.

El tercer pilar que demuestra que llegamos fortalecidas es la negociación colectiva. En este tema llegamos al último congreso en una
situación muy comprometida, con un total de 76 convenios sectoriales o bien caducados o bien bloqueados. Hemos logrado revertir la situación, gracias a un desbloqueo casi total en la negociación colectiva. Actualmente hay 18 convenios sectoriales caducados o bloqueados, cuando, como hemos dicho, hace tres años y medio eran 76.

¿Cómo ha sido ésto posible?

Destacaría el impulso que le hemos dado a nuestro modelo organizativo, con la importancia de los equipo de trabajo y la dinámica que éstos han tenido en la negociación colectiva. Este trabajo ha supuesto un impulso a las diferentes movilizaciones y huelgas que hemos realizado. Hemos convocado 16 huelgas sectoriales y 105 de empresa o de centro de trabajo. Esto demuestra que desde el anterior congreso hemos vivido una época muy intensa y convulsa en cuanto a la negociación colectiva.

Pero, pese a estar mucho mejor que hace cuatro año, tenemos nuevos retos de cara a los próximos años. Tenemos que responder a las nuevas realidades laborales y organizar esos sectores. Me refiero, por ejemplo, a las plataformas digitales o los sectores que tienen un alto porcentaje de teletrabajo. Es un reto enorme organizar esos sectores, pero es imprescindible.

El otro reto que quiero destacar son campañas y objetivos que en el pasado eran troncales y que deben volver a serlo. Tenemos que volver a poner en el centro de la negociación colectiva dinámicas como Jai egunetan denok jai o las iniciativas relacionadas con la brecha salarial. En estos dos temas creo que tenemos que hacer algo de autocrítica, son dos puntos que hay volver a impulsarlos.

En el congreso se debatirán y votarán cinco resoluciones. ¿Qué destacarías de estas resoluciones?

Cuando empezamos a trabajar en la organización del congreso tuvimos claro tenía que haber tres ideas principales: la igualdad, la organización y como ganar en la negociación colectiva. Las cinco resoluciones intentan responder a estos retos. ¿Cómo nos tenemos que organizar para lograr la igualdad y que todas ganemos?

Tenemos nuevas realidades en el mundo del trabajo, sufrimos una gran ofensiva capitalista, hay una ola fascista y reaccionaria… Son realidades que sufre la clase trabajadora, y para hacerle frente nos tenemos que organizar. Solo así podremos mejorar las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora. No hay otra. En este contexto, queremos incidir en el concepto de igualdad, queremos darle un sentido más amplio. Hasta ahora este término lo relacionábamos sobre todo con la opresión de género.

Hemos hecho un gran esfuerzo en meter a todos esos trabajadores y trabajadoras que estaban en los márgenes, trabajar con ellas, politizarlas, inculcar una cultura antifascista… Hemos hecho un gran esfuerzo para meter en el centro de la organización, de la negociación colectiva a las personas migradas. Pero ahora tenemos que dar un nuevo paso adelante y nos tenemos que organizar todavía mejor, porque la organización es vital para poder llegar a toda la clase trabajadora y a todos los centros de trabajo.

Y, a la par, tenemos que organizarnos mejor para preparar mejor la negociación colectiva. Creo que los últimos años hemos dado pasos adelante en la buena dirección, pero tenemos que seguir dando más pasos, porque tenemos retos pendientes como, por ejemplo, la estatalización. La estatalización no es una amenaza, es una realidad. Y solo podremos parar esta realidad con organización y con la negociación colectiva.

¿Y cuáles serán las claves de la futura negociación colectiva?

Tenemos nuestra hoja de ruta, como, por ejemplo, una línea roja situada en los 1.600 euros mensuales. Si el congreso así lo aprueba, esta será una línea roja: solo firmaremos acuerdos que recojan un salario mínimo mensual de 1.600 euros.

Esto daría un evidente impulso a, sobre todo, las trabajadoras que se encuentran en una situación más precaria. Hace años pusimos el listón en 1.200 euros, luego en 1.400. Ahora la apuesta es ponerlo en 1.600. No es el único, pero si es un modo de lograr un reparto más justo de la riqueza.