Las políticas migratorias y las personas migrantes no puntuan en elecciones

18/12/2015
Hoy es el día internacional de las personas migrantes y como ELA queremos recordar y denunciar que, a pesar de querer reducir tamaña cuestión a una política de control de flujos migratorios y/o de regularización de la situación administrativa de un colectivo de personas, la realidad va más allá y toca el fondo y la estructura de nuestra propia sociedad y las relaciones norte-sur globales, entre otros.

Asi mismo, queremos manifestar si cabe con mayor fuerza, nuestra indignación ante la constante criminalización de las personas migrantes y la represión a la que son sometidas tal y como vemos en los casos de las vallas de concertina que cercan el estrecho de Gibraltar o el injustificable mantenimiento de las CIE (Centros de Internamiento de Extranjeros) en el caso del estado español.

No nos olvidamos tampoco del fortín europeo y de sus múltiples e infranqueables fronteras tanto por tierra así como por mar. El estallido de la crisis de los/as refugiados/as en el continente europeo ha conseguido poner el foco en la cuestión. También ha dado pie al debate en la distinción entre personas refugiadas y migrantes que va más allá de una distinción técnico-jurídica. ¿Quién entra? ¿Quién se queda ? ¿Quién sale? ¿cuáles son las razones para migrar o huir de un país?

Este domingo, 20 de diciembre, se celebrarán las elecciones al Congreso y al Senado español. A pesar de que la mayoría de los programas de los partidos políticos cuentan con propuestas formales ante la cuestión migratoria, lo cierto es que los derechos de las personas migrantes no han jugado un papel relevante en la contienda electoral. Ni siquiera la ley de extranjería ha sido baza para ningún aspirante a estas instituciones.

No así la amenaza yihadista a la que rápidamente algunos partidos han buscado una pronta respuesta plasmada en el denominado pacto estatal antiyihadista. De esta forma, incluso la urgencia humanitaria de la crisis de los/as refugiados/as ha pasado a segundo plano. La dignidad y los derechos humanos básicos de miles de personas tendrán que esperar su turno en la agenda de los altos mandatarios. La guerra contra el ISIS tiene prioridad y para ello se ponen todos los medios económicos, políticos y militares al alcance. Tampoco perdamos de vista la proliferación de la islamofobía y sus pertinentes consecuencias.

Así, desde ELA nos unimos a la denuncia colectiva que pone en evidencia el hecho de que todas las personas no cuentan con los mismos derechos. No nos olvidamos que la universalidad de los derechos básicos se siguen incumpliendo y que las personas migrantes no cuentan con las garantías para acceder a una ciudadanía plena.