"Lehendakari, nos cierra la puerta pero nos verá en la calle"

Lehendakari jauna,

Parece, salvo que cambie usted de opinión, que no será posible vernos los próximos días. Bueno, días y meses, por lo que nos cuenta en su carta de respuesta a la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria.

Nos habría gustado reunirnos con usted. Creemos que el diálogo, la posibilidad de hacer un simple contraste sobre los motivos para convocar la huelga del 30 de enero era en cualquier caso, un paso positivo. No compartimos su decisión, creemos que hay que escuchar también a quienes no forman parte de las élites de este país, a la gente corriente, trabajadoras y trabajadores que no acaban de ver las altas palmeras y los amplios lagos del oasis vasco.

Nos habría gustado contarle que hace unos meses recibimos con entusiasmo la petición de las y los pensionistas de este país para que nos sumásemos a su lucha. Seguramente los conocerá por la prensa, no fallan un lunes. Son ya parte del orgullo de este país, incansables, de una tenacidad admirable para recordarnos entre otras cosas, que su gobierno, el de Gasteiz, puede complementar las pensiones mínimas.

'1.080 euros' repiten cada lunes, tal vez los recuerde mejor porque recogieron 70.000 firmas a favor de una ILP a la que se opuso el PNV, su partido.

La plataforma de pensionistas no logró que se apoyara la ILP por ley pero sí consiguieron que los servicios jurídicos del Parlamento dejaran muy claro que el Gobierno Vasco tiene competencias para ello. Por tanto, sí se puede pero usted no quiere.

Compartimos con el movimiento de pensionistas que el nuevo gobierno de Madrid no ha incluido sus reivindicaciones en el programa, salvo la de la actualización del IPC (por cierto, también acordado hace un año, pero no llegó a aprobarse en el Congreso). Los pensionistas son muy conscientes de que si hay avances es porque están en la calle presionando.

Nos habría gustado también comentar con usted que independientemente de lo que cada uno pensemos, contar la verdad es siempre una aportación indispensable. Por eso, la carta que nos envió detallando los motivos por los que no quería reunirse con la Carta de Derechos de Euskal Herria no contenía impresiones, sino que directamente no decía la verdad.

Seguro que un breve diálogo le habría dado la posibilidad de corregir dichas afirmaciones. Lehendakari, también nos habría gustado recordarle que la huelga busca mejorar la vida de las personas de este país, y que para eso hay que mejorar las condiciones laborales, no olvidemos que el mayor empleador del país es el Gobierno Vasco.

Miles de personas empleadas en el sector público todavía arrastran recortes, la tasa de eventualidad en la Administración Vasca en la más alta del Estado (algunas y algunos llevan más de 20 años eventuales) y además cada vez hay más plantillas subcontratadas a las que su Gobierno no quiere garantizar un convenio y un salario mínimo de 1.200 euros. Parece, por tanto, lehendakari, que esto de la huelga sí que va con su gobierno.

En fin, lehendakari, que estaremos con la presidenta de Navarra. Por encima de nuestras diferencias le agradeceremos su disposición. Contaremos nuestros motivos porque mientras en este país siga creciendo la pobreza, bajando las pensiones, creciendo la desigualdad, la brecha salarial....estaremos no solo hablando de esos problemas sino intentando solucionarlos porque los cambios empiezan en la calle.

Le recordaremos lo que el vicepresidente Pablo Iglesias afirmó en la toma de posesión de su cartera: 'los movimientos sociales nos tienen que presionar y nos tienen que criticar, nos van a empujar para que lleguemos más lejos de lo estamos dispuestos a llegar'.

Es una declaración importante que nos gustaría que también asumiera aquí Elkarrekin-Podemos, en vez de marcar distancias con la huelga. Incluso UGT y CCOO deberían tomar nota de ello para no quedarse por detrás incluso de lo que declara el vicepresidente del Gobierno español. Estos sindicatos están muy equivocados si creen que así, quietos y a la espera de lo que caiga, ayudan a ese Gobierno -como dicen- y a que las políticas cambien de verdad.

Lehendakari, sé que no puedo pedirle que se reconozca en esas palabras de Pablo Iglesias; y es patente su dificultad para reconocer el papel de los movimientos sociales y su aportación para una democracia más sana. Aún así, creo que debe escuchar a una parte importante de la sociedad, y dejar de lado la soberbia; si no, acabará hablando -como ya sucede, en gran parte- solo con aquellos que le dan siempre la razón. Eso, ni es sano ni democrático.

En fin, lehendakari Urkullu, espero que reconsidere su posición, entre tanto tendrá noticias nuestras el próximo dia 30, seguramente le sorprenda al ver tanta gente en las movilizaciones, son, aunque usted no quiera verlo, una de las mejores cosas que tiene su país; pensionistas, feministas, sindicalistas, jóvenes que ya conocen la precariedad, activistas sociales... mujeres y hombres conscientes de la necesidad de ser protagonistas, para reivindicar la defensa de una vida mejor.

Entre tanto, lehendakari, nos vemos (o más exacto, nos verá) en las calles.