Muñoz: "Ni un apoyo al PP ni a su política represiva"

12/09/2017
En opinión de Muñoz “es una impostura defender el derecho a decidir y apoyar al PP”. El secretario general de ELA, ha destacado el papel determinante de las organizaciones sociales y culturales en el proceso de Cataluña. "Hace cinco años nadie hubiera apostado que Cataluña iba a llegar a este punto. Y sin embargo… Eso demuestra que si hay convicción y estrategia las cosas pueden cambiar. Eso sí, hay que llamar a las cosas por su nombre. La ANC (Asamblea Nacional de Cataluña) y Omnium Cultural interpelaron con claridad a los partidos catalanes, eliminando cualquier ambigüedad. La ambigüedad beneficia a quienes defienden el statu quo y combaten la participación social".

Entrevista a Adolfo Muñoz "Txiki", secretario general de ELA.

- ¿Qué diferencias esenciales ve ELA en Cataluña con respecto a Euskal Herria?

Vemos reacciones políticas diferentes ante un mismo hecho: El Estado despreció tanto el Estatut como el Estatuto Político. Cataluña concluyó que el Estado era involución y, sin embargo, el PNV, incumpliendo su promesa de hacer una consulta sobre el Estatuto Político, lo metió en un cajón y decidió llamar “bilateralidad” a eliminar cualquier rastro de confrontación democrática.

Ahora, en el momento más crudo de confrontación entre Cataluña y el Estado, el PNV da soporte al PP apoyando sus políticas (presupuestarias, fiscales, reformas…).

-¿Alguna diferencia más?

Hay muchas. ELA destacaría una muy importante: El peso de la movilización social. Para el Lehendakari las organizaciones sociales no cuentan. Llegó a decir: “es alarmante que movimientos sociales sin ningún tipo de responsabilidad condicionen los proyectos comprometidos por los partidos ante la sociedad ante la que rinden cuentas”. Solo cree en procesos dirigidos por una élite política bien relacionada con el mundo económico. En Cataluña, las organizaciones sociales y culturales han tenido un peso determinante.

Hace cinco años nadie hubiera apostado que Cataluña iba a llegar a este punto. Y sin embargo… Eso demuestra que si hay convicción y estrategia las cosas pueden cambiar. Eso sí, hay que llamar a las cosas por su nombre. La ANC (Asamblea Nacional de Cataluña) y Omnium Cultural interpelaron con claridad a los partidos catalanes, eliminando cualquier ambigüedad. La ambigüedad beneficia a quienes defienden el statu quo y combaten la participación social.

- ¿Puedes concretar en qué consiste la involución?

Desde la LOAPA, el Estado -tanto con el PP como el PSOE- convirtió el proceso de transferencias en algo interminable y meramente nominal. Hay transferencias cuando y como quiere el Estado. Se transfieren materias sin margen para decidir qué política haces. Ese es el significado de las leyes básicas: una simple descentralización administrativa en la que el Estado recupera toda la capacidad de decisión. El PP ha llegado a calificar de “patriótica” la aplicación de los ajustes y reformas estructurales porque unifican todo el Estado. Por otra parte, está la función política que desempeña el Tribunal Constitucional. Un órgano político que ratifica esa visión neocentralista.

- El Gobierno vasco habla de vías “legales y pactadas que concilien el principio democrático y el de legalidad”.

Sabe que con España eso es imposible. Son frases vacías que pretenden esconder la falta de estrategia y de voluntad. Lo saben mejor que nadie. Consejeros del Gobierno como Erkoreka han dicho: “Las CCAA están quedando reducidas a estamentos administrativos, encaminados a ejecutar las políticas diseñadas por los poderes centrales del Estado”. Rajoy ha dicho con vehemencia: “Lo que no es legal no es democrático”. Es una barbaridad. Es el imperio de la ley, pero de su ley. Cuando hablan de obligación de pactar en realidad hablan de veto.

- ¿Y Cataluña quiere romper este statu quo?

Sí, de forma democrática, pero no le dejan. Escocia se encontró con Gran Bretaña, Quebec con Canada... Encontraron soluciones democráticas. Cataluña y Euskal Herria tenemos al Estado español, una diferencia que no se puede pasar por alto. Es el Estado el que impide cualquier salida democrática. Todos los regímenes autoritarios en la historia han apelado a la ley como límite y fuente de represión. Es obvio que todos los derechos y libertades individuales y colectivos se han logrado contra leyes vigentes que eran injustas. Si no hay cauce democrático para que una nación exprese su voluntad hay que enfrentarse para lograrlo.

- ¿Qué va a pasar en Cataluña?

Ahora toca apoyarles y valorar positivamente su valentía democrática. Son ellos los que controlan los tiempos y propuestas. El Gobierno español, con el apoyo del PSOE y Ciutadans, reacciona con represión. No sabe hacer otra cosa. Rajoy, que se ha burlado de Cataluña y del diálogo político, refleja el pensamiento del nacionalismo español. Rajoy advierte: “Sé lo que se espera de mí”, y afirma que no va a defraudar. Es ejemplo de una clase política educada en la represión.

Así no van a acabar con el problema. Ya no; ese tiempo se ha acabado. El soberanismo catalán sabe lo que quiere y cuenta con un inmenso apoyo social. Por eso, más si cabe, Euskal Herria debe estar del lado de aquellas vanguardias políticas y sociales que se atreven a romper cadenas. Ese debe ser nuestro sitio. Lejos, muy lejos de quien oprime.

- ELA y LAB han hecho público un documento comprometiéndose con un proceso soberanista social.

El soberanismo en el que creemos resalta la defensa de un modelo de sociedad. Lo social es determinante; soberanía y políticas sociales van juntas en un contexto en el que el neoliberalismo destruye soberanías.

ELA y LAB ponemos el foco en lo que comparten el Gobierno español y el vasco, el PP y el PNV: las políticas antisociales, la aplicación de las reformas, la devaluación salarial… En Madrid, Gasteiz y las Diputaciones. Esas mismas políticas quieren aplicarlas en Nafarroa. El Gobierno vasco no solo no cree en el Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social, sino que lo combate; por ejemplo cuando desprecia a la democracia sindical vasca porque le estorba la mayoría sindical vasca.

- Insistís en que la derecha vasca no quiere un proceso soberanista.

Desde la preocupación por el empobrecimiento social y laboral que conllevan esas políticas compartidas (PNV, PP y PSOE), afirmamos que en la fase actual, el proceso soberanista o se empieza a construir desde la izquierda o no empieza. Interpelamos a la izquierda política para que haga oposición, también al neoliberalismo vasco. Que haga oposición sin ambigüedades.

Por ejemplo, la estatalización de la negociación colectiva fue respaldada por el PNV en Madrid y cada vez más trabajadores y trabajadoras vascos la padecen. Otro ejemplo, la aprobación de la “regla de gasto” que obliga a todas las administraciones a seguir aplicando ajustes. No hay política más neoliberal en fase de crecimiento que esa. En contra de la propaganda del Gobierno Vasco los acuerdos del PNV con el PP recortan el autogobierno e imponen políticas antisociales. Tras esos acuerdos hay menos autogobierno.

Se puede llegar al absurdo de que recaudes más y te veas “obligado” a amortizar deuda; incluso que no tengas deuda, existan necesidades sociales y te obliguen a ahorrar. Esta es una política radicalmente antisocial. Nos llama la atención que la izquierda política no insista en estos temas que son esenciales para la política social. La izquierda política tiene que hacer oposición y pedagogía. La derecha trabaja la ignorancia de la gente, y quienes necesitamos otras políticas debemos combatir esa ignorancia.

- Para terminar… ¿es compatible la defensa del derecho a decidir del pueblo catalán y vasco con el apoyo al PP?

No, es una impostura. La represión de las aspiraciones del pueblo catalán no debería encontrar ningún apoyo por parte vasca, ni directa, ni indirectamente.

Si esos apoyos, que hoy son estructurales, se consolidan serán el reflejo de una apuesta compartida por el neoestatutismo y las políticas antisociales. PP y PNV se necesitan para apoyar los presupuestos en Madrid y Gasteiz, para aprobar las ridículas modificaciones fiscales que están preparando, los recortes en la RGI… Son muchas cosas las que comparten y ni uno ni otro las quieren poner en peligro las mayorías que necesitan para llevarlo adelante.

Cataluña se merece mucho más que eso.